Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires – El pasado 30 de agosto se concretó finalmente la reunión del Consejo del Salario para discutir un aumento del salario mínimo. La misma tuvo lugar en la sede del Ministerio de Producción y Trabajo, con la participación de representantes del Gobierno nacional, el sector empresario y organizaciones sindicales. Cabe destacar que también participó el secretario general de la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Esteban «Gringo» Castro.

La convocatoria del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, en la que se discutió el aumento para el haber mínimo y el máximo de las prestaciones por desempleo, no llegó a buen puerto, la previa anunciaba disidencias entre los actores en pugna. Se sabía que el Ejecutivo pensaba un aumento del 30%.

Es decir que fijaría el salario mínimo en 16.250 pesos, monto que está muy lejos de lo que pretendía la Confederación General del Trabajo (CGT) que bregaba por llevar el piso actuales $12.500 -establecidos en agosto del año pasado-  a $31.148;, de modo que coincida con la Canasta Básica Total de junio, que el Indec estimó para no ser pobre en la Argentina.

«El laudo del Gobierno es que habrá un aumento del 13% desde agosto, del 12% en septiembre y del 10% en octubre, no acumulativo», señaló Daer este viernes.

El incremento definido por el Poder Ejecutivo, que en tres tramos elevará el ingreso mínimo de 12.500 pesos a 16.875, no fue bienvenido para nadie. La declaraciones de los trabajadores fueron contundentes respecto de las aspiraciones de la población en el marco de una fuerte crisis. Algunos adelantaron medidas de fuerza como el caso de ATE.

La sospecha se confirmó una vez que se conoció la decisión del Gobierno, en diálogo con Conclusión, Héctor Daer fue claro antes de ingresar a la negociación, y explicó que «era pretensión de la CGT que el salario se fije a los valores de la canasta básica», y aclaró que la agenda de la CGT, «considera la situación de los movimientos sociales».

Por su lado, Sergio Romero de UDA, había fijado expectativas, y dijo que «las chances de recuperar el salario son escasas», si se mira la gestión del macrismo. Romero manifestó que hay sectores docentes que están sujetos a la negociación del salario mínimo vital y móvil , estamos con un salario de 15 mil pesos por debajo de la línea de pobreza, mas cercana a la linea de indigencia» a pesar «que se llega con la esperanza de rescatar al salario docente de la línea de pobreza».

Consultado sobre que situación le genera a los gremios en el marco de la crisis que atraviesa el país, Romero entendió que «quedan mal posicionados, con este número no puede cubrir sus necesidades. el gobierno es insensible, porque somete a los trabajadores».

Hugo Cachorro Godoy, dijo que desde ATE, hubo resoluciones que «no ubican a las puertas de un paro nacional si este reclamo de los provinciales y municipales no es atendido y para la segunda semana de setiembre estamos decididos a defender los derechos de los trabajadores, no puede ser que la fuga de capitales -que es el esfuerzo de los argentinos- se lo lleven a cerradas, mientras se los sume en la marginación y la pobreza».

En tanto que Roberto Baradel, recalcó que son necesarios «32 mil pesos, para dar respuesta a la canasta básica y subrayó que el pago debe ser inmediato. Ademas que que este atado a una cláusula gatillo como la que obtuvieron los docentes de la provincia de Buenos Aires. Y reclamaremos que la comisión de empleo sesione en forma permanente, frente a la gran cantidad de despidos que se dan a diario».