La Cámara Federal porteña ratificó este jueves a la jueza María Eugenia Capuchetti al frente de la investigación por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. A su vez, le ordenó avanzar con medidas de prueba solicitadas por la querella contra el diputado de Juntos por el Cambio, Gerardo Milman.

Esta semana, los abogados de la querella reclamaron ante el tribunal de alzada que la jueza Capuchetti sea apartada de la investigación por el intento de asesinato de la exmandataria. «Si nos frustraron la posibilidad de la prueba es porque había gato encerrado», expresó el abogado José Manuel Ubeira en la audiencia del miércoles ante el juez de la sala I del tribunal de apelaciones, Leopoldo Bruglia.

Pero el juez Bruglia consideró que la presentación de la querella era por el desacuerdo en cómo lleva adelante la causa, lo que no se puede canalizar por una recusación, sino apelando aquellas medidas sugeridas que no fueron aceptadas por la jueza.

En dos resoluciones diferentes, el Tribunal de Apelaciones resolvió la continuidad de la jueza Capuchetti pero, al mismo tiempo, le ordenaron que realice nuevas medidas de prueba para «corroborar o descartar» los dichos del testigo que aseguró haber escuchado a Milman decir la frase «cuando la maten, yo estoy camino a la costa», dos días antes del intento de asesinato del 1 de septiembre pasado.

Los abogados de Cristina Kirchner habían reclamado el secuestro de los teléfonos celulares de las testigos Ivana Bohdziewicz y Carolina Elizabeth Gómez Mónaco, asesoras de Millman: la Cámara le ordena a la jueza realizar esa medida aunque, previamente, llevar a cabo otras «menos lesivas» como ser la de citar a otros testigos para intentar corroborar eso que denunció un asesor de un legislador del Frente de Todos. «En tal sentido, se evidencia como indispensable la convocatoria a prestar declaración testimonial al diputado Marcos Cleri -quien presentó al legajo una certificación notarial de una captura de pantalla» en la que el testigo le refirió haber escuchado esa frase en el bar Casablanca.

También «resulta necesario que se amplíe la declaración testimonial recibida a Jorge Alberto Abello, con el objeto de averiguar si, además del mensaje que le envió a Cleri, ha comentado lo que escuchó a terceras personas, ya sea en forma presencial» o » mediante un mensaje».

Los camaristas Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens hicieron lugar así de manera parcial a un planteo de la querella de la vicepresidenta, representada por los abogados José Manuel Ubeira y Marcos Aldázabal. Los abogados habían reclamado que se periten los teléfonos celulares de dos asesoras de Milman que estuvieron con él en la mesa del bar cuando el testigo Jorge Abello dijo que escuchó la frase, el 30 de agosto pasado.

Los jueces dispusieron que antes de ordenar esta medida, se dispongan otras ante la «gravedad institucional» del hecho investigado, «el intento de dar muerte a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Elisabeth Fernández»

Esto torna «imperiosa la producción de todas aquellas diligencias probatorias que puedan resultar pertinentes y útiles para el descubrimiento de la verdad, sin escatimar esfuerzos y premura, aunque optando siempre por la alternativa que resulte menos lesiva para las garantías constitucionales en juego», explicaron.