El ministro de Economía, Martín Guzmán, ratificó este viernes el apoyo de la Argentina a la Iniciativa del Grupo de los 20 de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), que permite interrumpir los pagos de la deuda a los países más vulnerables golpeados por la pandemia del COVID 19.

«Como parte de lo que enfrentamos, vemos que muchos países atravesarán procesos de reestructuración de la deuda en el futuro cercano, por lo que respaldamos y apoyamos plenamente el DSSI. Argentina cree que jugará un papel positivo», sostuvo Guzmán.

El funcionario participó este viernes de la reunión extraordinaria de Ministros de Finanzas y Presidentes de los Bancos Centrales del G20.

El objetivo del encuentro fue aprobar un marco común para abordar los problemas de endeudamientos de los países de bajos ingresos.

En ese contexto, el ministro reiteró que las Cláusulas de Acción Colectiva (CACs) «funcionaron de manera positiva» en el reciente proceso de reestructuración argentino, aunque sostuvo que no son suficientes y que se requieren soluciones multilaterales para mejorar estos procesos.

«Las CACs jugaron un papel importante. Muchos analistas consideran que serían suficientes y que Argentina fue prueba de ello, nosotros no creemos que sea así: si bien las CACs ayudaron, pensamos que hay margen para mejorar el marco de reestructuración de la deuda soberana», sostuvo Guzmán.

Asimismo, volvió a destacar «el rol positivo que jugó el FMI» en la experiencia argentina, «especialmente al realizar un análisis de sostenibilidad de la deuda que sirvió de ancla para las discusiones y negociaciones entre el deudor soberano y los acreedores».

«Vemos la necesidad de mejorar los marcos; en primer lugar, es fundamental que los acreedores tomen en serio las limitaciones de sostenibilidad de la deuda, y que el análisis de sostenibilidad de la deuda se base en supuestos sólidos y serios», afirmó.

Durante el encuentro, los miembros del G20 destacaron los riesgos crecientes de vulnerabilidad de deuda manifestados como resultado de la crisis económica global derivada de la pandemia del coronavirus.

La próxima semana los Ministros de Finanzas del G20 se reunirán nuevamente en el marco de la Cumbre Virtual de Lideres del G20 bajo la presidencia de Arabia Saudita.

El Programa

El grupo de 20 naciones más desarrolladas del planeta aprobó un programa para reestructurar la deuda de docenas de países pobres afectados por la pandemia del coronavirus.

El programa fija las reglas comunes para todos los miembros del club para reducir o refinanciar la deuda de esos países, aunque el examen se hará «caso por caso».

La suspensión de pagos de la deuda externa a los países del G20 ya fue prorrogada el mes pasado, por un periodo de seis meses.

El Banco Mundial y las organizaciones que reclaman por la abolición total de la deuda habían reclamado una suspensión de un año.

En una reunión telemática, los ministros de Finanzas del G20, presidido actualmente por Arabia Saudita, precisaron que «en principio, el examen de la deuda [de cada país] no significará una condonación o cancelación».

«Si la cancelación de la deuda es necesaria, en los casos más difíciles (…) cada acreedor participante llevará a cabo sus procedimientos internos de aprobación, sin dejar de informar de ello a los demás acreedores», explicó el texto.

En total 73 países forman parte de la iniciativa de suspensión de la deuda del G20, de los cuales 38 son países africanos.

China es el principal protagonista de este acuerdo, ya que ha financiado importantes proyectos de infraestructura en países en vías de desarrollo.

El gigante asiático se resistía a condonar totalmente las deudas de esos países pobres.

El acuerdo es «histórico», explicó el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire.

«Por primera vez todos los principales acreedores, miembros o no del Club de París, coordinarán su examen de la deuda de los países pobres», explicó.

«Esto traerá más transparencia al proceso e involucrará a los acreedores privados», aseguró.

«Este anuncio se queda corto ante lo que se necesita para frenar la oleada de crisis de la deuda en los países más pobres», reaccionó Tim Jones, de la ONG británica Jubilee Debt Campaign.

El Banco Mundial informó el mes pasado que la deuda de esos 73 países creció un 9,5% en un año, hasta totalizar 744.000 millones de dólares.