Con 197 positivos y 3 negativos, Diputados aprobó proyecto de ley sobre la actividad del acompañante terapéutico

Aldo Battisacco – Conclusión Buenos Aires

La Cámara de Diputados de la Nación, presidida por Cecilia Moreau, aprobó este miércoles, por amplia mayoría, la ley de regulación del ejercicio profesional del acompañamiento terapéutico, la cual fue derivada al Senado para su tratamiento. La votación contó con 197 votos afirmativos y tres negativos.  El proyecto  reúne varias iniciativas impulsadas por diputados de la UCR, Soledad Carrizo, Virginia Cornejo y del Frente de Todos, Daniel Gollán.

Durante el breve debate de la ley, Gollán explicó que “el proyecto da cuenta de una necesidad, sostenida y militada por distintas agrupaciones y asociaciones, que es el reconocimiento nacional para estos actores de la salud que cumplen un rol esencial: son el sostén de muchas personas”.

La iniciativa también contó con el respaldo de la Izquierda, reflejado a través de Romina del Plá: “Vamos a acompañar este proyecto porque es un paso; pero marcando límites, porque estamos por aprobar una ley que regula el ejercicio profesional, pero no las condiciones laborales que muchas veces son precarias y mal pagas».

En diálogo con Conclusión, la presidenta de la Comisión de Salud de la Cámara baja de la Nación, Mónica Fein, dijo sobre la ley: “Es muy importante, varias veces se aprobó en Senado y nunca en Diputados. Tiene que ver con regular, como lo hacen trece provincias, la actividad de acompañantes terapéuticos. Hoy existen, acompañan a personas con discapacidad junto con equipos interdisciplinarios, a personas con problemas de consumo y son fundamentales a la hora de darles autonomía y capacidad de independencia a tantas personas, lo que no tenía regulación nacional”.

Fein señaló que el proyecto aprobado plantea, además, “la formación” de los acompañantes: “Aquellos que no tienen tecnicaturas tienen un plazo de cinco años para realizarla, pueden seguir trabajando y de esa manera tienen tiempo para formarse y nadie le quita el trabajo a nadie”.

Agregó también que “cada provincia debe adherir, lo incorpora como una actividad sanitaria derivado por un equipo profesional de la salud y también entra la ley de discapacidad, son dos temas que incorpora esta ley que de hecho se da, pero no está nomenclada o reconocida”.

“En algunas provincias hasta tienen Colegio profesional y en otras son más dependientes de los ministerios de Salud y son fundamentales a la hora de darle autonomía a las personas”, dijo la ex intendenta de Rosario.

Se puede mejorar

Al ser consultada sobre si la ley puede ser mejorada, Fein respondió: “Siempre es perfectible. Hoy quien hace esta tarea no está reconocida por las obras sociales y pre pagas y es una tarea sumamente importante. Por eso hay que seguir profundizando este reconocimiento”.

Trece provincias ya la tienen

Trece provincias ya han sancionado leyes propias sobre el tema, muchas de las cuales dispares entre sí, y esto ha sido otro de los motivos para avanzar con una legislación nacional, que establezca criterios comunes a los que las provincias puedan adherir, estableciendo una formación común de los Acompañantes Terapéuticos.

El proyecto, desarrollado junto a las distintas entidades que nuclean la actividad, tiene 25 artículos, y establece que «el ejercicio profesional del acompañamiento terapéutico comprende a quienes con matrícula habilitante intervienen a través de un abordaje biopsicosocial integral, en el marco de un equipo interdisciplinario y por indicación de un profesional de la salud tratante a cargo, para facilitar la rehabilitación de la persona acompañada y prevenir eventuales recaídas».

De acuerdo al texto, se establece como requisitos para el ejercicio profesional del acompañamiento terapéutico ser mayor de edad, poseer título de formación oficial en acompañamiento terapéutico otorgado por universidades e institutos de educación superior habilitados, de gestión pública o privada, así como títulos otorgados por universidades extranjeras, reconocidas por la ley argentina.

Entre otras cuestiones, el proyecto plantea que el acompañante terapéutico deberá participar en procesos de sostén y acompañamiento de personas que lo requieran y su entorno doméstico, en el marco de equipos interdisciplinarios o por indicación de un profesional de la salud tratante, así como intervenir en instancias diagnósticas, así como en las fases de tratamiento y rehabilitación de la persona acompañada.

Asimismo, establece que el acompañante terapéutico deberá participar de acciones de prevención sanitaria y de promoción de la salud; brindar información al equipo tratante sobre la persona acompañada en todos los aspectos de su participación, así como intervenir en el estímulo, integración y la mayor autonomía de la persona acompañada, procurando su autovalimiento en el ámbito educativo, laboral y las distintas instituciones y entorno social comunitario que son parte de su cotidianidad.

Podrá además elaborar informes técnicos, evaluaciones y asesoramiento, participar como asistente de supervisiones clínicas a profesionales, acompañantes terapéuticos, y realizar tareas de docencia e investigación científica, a la vez que podrá participar en la elaboración de planificaciones de programas de salud y acción social y desempeñar funciones o cargos asignados por autoridades públicas y en procesos judiciales que requieran actividades de su competencia.

Se incluye también la obligación del Poder Ejecutivo de promover la creación de la carrera de acompañante terapéutico a cargo de Universidades e Institutos de educación superior, y la unificación de la currícula.

La iniciativa busca regular el trabajo del acompañante terapéutico, “sin perjuicio de las normativas dictadas por autoridades locales” y, de este modo, establecer un marco para el pleno ejercicio de una actividad.

El tema fue expuesto por el diputado Daniel Gollán, uno de los autores de la iniciativa junto a las legisladoras, Soledad Carrizo, y Virginia Cornejo:

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