La situación social y económica que atraviesa un amplio sector de la sociedad argentina es absolutamente crítica. La abrupta devaluación que llevó al dólar a más de 800 pesos, sumada a un disparatado índice inflacionario que superó el 25% en diciembre, ha dejado a familias enteras con una sola opción: comer en merenderos y comedores comunitarios.

Con este delicado escenario, desde los barrios, denuncian que en estos dos últimos meses no han recibido las partidas de mercadería que los gobiernos nacional, provincial y municipal entregan para sostener la labor solidaria que encaran. De hecho, aseguran que muchos están sacando plata de sus bolsillos para seguir entregando un plato de comida y ya hay varios comedores al borde del cierre. Asimismo, se redujeron en forma notoria las donaciones de los privados que acostumbran a colaborar y que, en virtud de la situación actual, ya no pueden seguir donando.

«Si estamos así en febrero, imaginate en abril o mayo, no sé qué va a pasar”.

En diálogo con Conclusión, diversos referentes de comedores comunitarios de distintos barrios de la ciudad aseguran que se quebró la tradición del mes de diciembre, cuando generalmente se entregan productos típicos de las fiestas, ya que no llegó nada. Asimismo, remarcaron que «no se está bajando mercadería» y que, en las pocas ocasiones que lo hacen, «es en forma absolutamente aleatoria y escasa».

Lorena Fernández referente del comedor Victoria Walsh y otros merenderos de la zona oeste de la ciudad remarcó que «está todo muy complicado» y que «no están bajando mercadería de ningún lado». «Es más -agregó-  en diciembre, que siempre nos proporcionan productos para las fiestas como pan dulce, budín, este año directamente no mandaron nada de nada. Para la gente de los barrios eso es muy importante”.

Fernández insistió que cada vez es más difícil brindarle un plato de comida a la gente que llega a los comedores.  “Muchos de los compañeros están sacando plata de su bolsillo para poder comprar algo pero a veces se hace imposible por el precio de los alimentos. Y muchos están cerrando, porque no tienen forma de seguir adelante».

En tanto, Romina Saavedra, también referente de la zona oeste, remarcó que día a día se incrementa exponencialmente la gente que concurre a buscar su ración de alimentos. “La complicación es que el Estado no nos manda la mercadería, y se modificó además la cantidad donaciones que recibimos. Hoy en día, con la suba de precios no se puede seguir sosteniendo. La gente no nos envía la mercadería, porque ya no pueden donarnos nada. Si estamos así en febrero, imaginate en abril, mayo, no sé qué va a pasar”.

En ese sentido, Fernández agregó que «de 20 comedores que teníamos, cerraron alrededor de 10». «Actualmente hay mucha gente de clase media, que ahora no tiene, entonces empiezan a ir a los comedores. Van a buscar un plato de comida y es horrible decirle no, no tenemos, no podemos darle comida o lo que sea a la gente, es muy feo”.

“La gente está zafando con un guiso y los merenderos con mate cocido y torta frita. Otra cosa, no le podemos dar, no se le puede dar leche porque es imposible. Por ello, se les está dando mate cocido, algunas de las chicas compran jugo por el calor, y hacen tortas fritas. Pero bueno de comida, hacemos un guiso de arroz. No podemos hacer otra cosa”.

«La asistencia alimentaria está frenada desde diciembre»

En la misma línea, se expresó David Mendieta, coordinador de la Pastoral Social Evangélica, que tiene varios comedores comunitarios en distintos puntos del país, remarcó que que la situación se replica en diversas provincias.

“Durante el mes de diciembre no recibimos nada y lo que va del año no tenemos ninguna información concreta de las bocas de alimento que tenemos, al menos en las provincias que participa o tiene trabajo territorial la Pastoral Social».

Esta situación se replica en organizaciones y movimientos sociales. “Están en la misma situación. Por eso nos unimos y salimos a la calle a acompañar la lucha en la organización de los movimientos”.

“En nuestros espacios comunitarios tenemos asistencia alimentaria y actividades productivas, que obviamente se basan en el marco de generar herramientas de trabajo. La asistencia alimentaria está frenada desde diciembre justamente por la falta de la eficiencia que venimos teniendo. No tenemos productos alimentarios para salir a seguir sosteniendo las actividades alimentarias que tenemos en el territorio”.

Mendieta contó: “Honestamente vamos haciendo lo que podemos, entregamos productos que el Estado Nacional nos otorgó en los meses finales del año pasado, que eran cuatro o tres productos (garbanzos, por ejemplo). Se le entrega eso y obviamente se las invita a organizarse con una perspectiva de salir a buscar justamente, de manera comunitaria, una respuesta que ni nosotros venimos teniendo”.

En cuanto a la cantidad de personas que necesitan asistencia, añadió que, “hubo un incremento». «Nosotros tenemos territorio en cinco barrios del gran Rosario y en todos ellos se han sumado familias y familias numerosas. En ello venimos trabajando, articulando redes con distintos espacios e instituciones”, concluyó.

¿Y el ministerio de Capital Humano?: en enero pagó 0% de partidas alimentarias

El pasado miércoles, en tanto, el vocero presidencial Manuel Adorni se refirió al tema en su habitual conferencia de prensa: “Vamos a dar de baja el sistema de entrega discrecional de alimentos secos para transformarlo en un esquema de transferencia monetaria directa a los comedores y asociaciones sin intermediación. Además, vamos a garantizar que no solo tengan acceso a alimentos secos, sino a una alimentación donde la nutrición sea mucho mejor”. Y agregó: “Se ha duplicado la ayuda alimentaria, se ha aumentado en un 75% el presupuesto destinado a las transferencias a comedores, y se están auditando cada uno de los comedores para tener una radiografía más precisa de qué pasa en cada uno de ellos”.

Sin embargo, los datos oficiales desmienten a Adorni. Fue el economista político y director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, quien, amparado en los datos del Presupuesto ejecutado en enero de este año, dio cuenta de que no se giró ni un peso a los comedores.

“Los sectores más postergados lo están pasando mal. Duplican la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar, pero los incrementos de precios hacen que ese segmento social se vea particularmente más afectado”, observó el economista.

Y advirtió: “No se está entregado alimentos a los comedores. Los eneros no son meses de demasiada ejecución, pero hay partidas que no se cortan, como las jubilaciones. El rubro alimentos para los comedores tampoco debería cortarse, pero pagaron un 0% en las partidas alimentarias. En enero del año pasado, por ejemplo, ya se había pagado un 8,43% de estos fondos”.

En enero, el gobierno de Milei no transfirió dinero a los comedores by Conclusión Diario Digital on Scribd

Al ingresar al sitio web “Presupuesto abierto” y hacer click en el botón “¿A qué se destina el gasto?”, aparecerá un gráfico con diferentes áreas. Al apretar en la opción “ver más detalles” y luego consultar los gastos de los programas que están dentro de “Promoción y Asistencia Social”, se comprueba que dentro de las “Políticas Alimentarias” se pagó un 0% del Presupuesto durante el mes de enero.

En el marco de la “Jornada Nacional contra el Hambre” que tuvo lugar este jueves en todo el país y en la que los referentes de las organizaciones sociales reclamaron con ollas vacías, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, aseguró que no piensa hablar con los referentes y que sólo atenderá a las personas necesitadas. “Yo voy a atender una por una a las personas que tienen hambre, pero no a los referentes. Les voy a anotar el DNI, el nombre, de dónde son y van a recibir ayuda individualmente”.

Restaría preguntarle a la ministra Petovello cómo y cuando podría atender a las miles de personas que padecen hambre y viven en la pobreza en todo el territorio nacional, ya que difícilmente puedan desplazarse hasta sus oficinas.