Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires (enviado especial)
El ex vicepresidente de la nación y actual senador nacional de Mendoza, Julio Cobos, pidió que se declare al gas de garrafa como servicio público y explicó que “el proyecto tiene por objeto subsanar una falencia de la ley 26.020 del año 2005, cuyo texto declara el Gas Licuado de Petróleo como de Interés Público pero no como un Servicio Público».
Casi la mitad de las personas no están conectadas a la red de gas natural, y el servicio prácticamente no varió con respecto a 2001, además, cuatro provincias no tienen acceso a la red.
 
Según el parlamentario, «este error genera una gran injusticia social al declarar a la distribución de gas por redes como servicio público, mientras que el Gas Licuado de Petróleo no goza del mismo beneficio, siendo este último el combustible que utilizan los sectores más desprotegidos y de menor ingreso del país”.
 
El legislador radical aseguró que “resulta arbitrario que el gas de garrafa que deben comprar aquellos ciudadanos que viven en localidades muy frías y sin acceso al servicio público de red de gas carezcan de la misma igualdad legal con la que sí cuentan los ciudadanos de ciudades con mejor infraestructura e ingresos».
Para el congresista mendocino, «con esta iniciativa establecemos que YPF venda la garrafa a precio regulado y uniforme en todo el país».
En el mismo sentido especificó el senador radical  que el objetivo es «que el Estado actúe como facilitador de una distribución más equitativa y justa del producto”.
El senador Julio Cobos, refirió que en su provincia se da “un claro ejemplo de esta injusticia radica en la situación que viven muchos de los habitantes de Malargüe, que se han visto privados del gas por redes, pese a ser el único departamento de la provincia que al no haber sido reconocida su pertenencia a la región patagónica, se mantiene excluida, pero a su vez representa una importante fuente de producción de gas para el país”, concluyó.
El jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña señaló el año pasado que «un 51% de las personas tiene gas de red y un 42% utiliza el gas en garrafa como principal combustible para cocinar, según los datos del Censo 2010. El resto se divide entre quienes recurren a la leña o carbón (3,2%), al gas de tubo (2,8%), a la electricidad (0,19%) o a otras formas. Así, si solo se toman las categorías señaladas por Peña, el 55% accede al gas de red y el 45% restante al gas en garrafa».