Por Facundo Díaz D’Alessandro

Protagonista del “alfonsinazo” electoral de 1985, cuando bajo la tutela política de un todavía fortalecido por la recuperación democrática Raúl Alfonsín, Luis Alberto Changüi Cáceres se erige hoy, casi 35 años después, como un dirigente histórico del radicalismo tradicional.

Esa cualidad habilita un discurso a contramano de lo que se suele escuchar entre la clase política contemporánea, en especial en el centenario partido, que hoy forma parte de la Alianza Cambiemos que catapultó al Gobierno a Mauricio Macri, de complicada actualidad y ensombrecidas chances de reelegir.

Desencantado con esa actualidad partidaria (y del país) Cáceres viene recorriendo el territorio nacional «para llamar a la reflexión para el inmediato día después de las elecciones» ya que, asegura, «lo que viene será complicado gane quien gane» las elecciones.

Además, en un diálogo a fondo con Conclusión, se mostró desvelado por «salvar» a los partidos políticos, que considera fundamentales para la construcción democrática y cuya desarticulación califica como uno de los objetivos centrales del neoliberalismo, que fecha iniciáticamente «en 1985».

– Habiendo pasado crisis y momentos duros en la política y economía del país, ¿cómo ve esta, que algunos comparan con la de 1989, otros con la de 2001, y otros con ambas?

– De chiquito aprendí que cuando estoy eventualmente arriba de un barco y tengo un principio de incendio, no tengo que agarrar el balde de nafta sino el extinguidor. La situación es tan compleja que, gane quien gane en el proceso electoral, en esta Argentina de las incertidumbres, donde uno por ahi puede creer que las cartas están definitivamente echadas y no se sabe que cáscara de banana puede pisar uno u otro a la vuelta de una esquina. Pero, gane quien gane, vamos a tener una situación complicada. Si se aciertan los caminos van a hacer falta una conjunción de tiempo y esfuerzo, pero empujando la carretilla en una misma dirección, la mayoría de los argentinos. Sino vamos a seguir cuesta abajo en la rodada, donde venimos hace bastante tiempo. Esforzándonos para que un país que tiene casi todo potencialmente, este en la situacion en la que nos encontrasmos actualmente. Un sector importante de la sociedad reclama consensos, entonces hay que dejarse de joder, pensar en la gente y sus necesidaedes y buscar los caminos que lleven a aportar soluciones. Entonces ahora se empieza a hablar de consenso. ¿Realmente se plantea desde la convicción y se va a hacer el día después de las elecciones o solamente es una maniobra para sacar un voto más? Por lo menos hasta donde se pueda llegar en la coincidencia, hay que agarrar el remo y darle para adelante.

– ¿Y cómo ve a la UCR de cara a esos desafíos?

– Algunos podrán decir ‘que está haciendo este tipo recorriendo ciudades, provincias, en medio de la campaña, llamando a reflexionar para el dia después de las elecciobnes. Lo hago por esta preocupación. Y por que no tengo lista ni candidatos propios. No siento nada de lo que esta como propio, por eso el movimiento al que pertenezco (Movimiento Nacional de la Militancia Radical), de corta vida, y en esa corta no hemos podido llegar a tener la fuerza suficiente para dar 1 alternativa, que no sea esta ni aquella. Hemnos planteado la libertad de accion. Si la fuerza no alcanza en un partido tienen que empalmar con sectores afines, de pensamiento parecido, con un programa común, en una alianza o un frente, incluso con mente abierta para buscar consensos en determinados puntos, con aquellos que pensamos diferente.

– ¿Hay límites para ese armado, para esa búsqueda de puntos y bases programáticas comunes?

– Hay límites, por supuesto. Pero incluso con los diferentes podes encontrar 4 o 5 puntos de coincidencia, politicas de estado que permiten encolumnar a la inmensa mayoría de los argentinos, no te digo todos porque siempre algún elemento queda afuera. Esos puntos deben garantizar la igualdad de oportunidades, la conjunción de libertad con justicia social. Los países que despegaron tuvieron la inteligencia de hacer eso. Nosotros estamos como estamos: por un lado compramos relato que distorsiona historia, por el otro (y esto en ambos) se compran versiones que son fundamentalistas, donde etnes fundamentalismo tenés la muerte de la razón. Hoy hay cuotas de voluntarismo muy grande, todo se quiere mañana, sin esfuerzo y que lo haga el otro. Tenemos que recuperar, además de todos los valores que una sociedad requiere tener, cierto nivel de racionalidad, como se plantearon nuestros abuelos cuando se pensaba que íbamos a ser una potencia mundial y en vez de igualar para arriba, empezamos a igualar para abajo. Llegar a ser un gran país que de prosperidad y tranquilidad a sus habitantes.

– ¿Qué puede pasar con la UCR después de las elecciones? ¿Cambiemos se terminó? Mejor dicho, ¿hay vida después de Cambiemos?

– Los que manejan el sello del partido tomaron una determinada decisión, yo que camino el país veo que radicales hay en todos lados, algunos calientes, otros alicaídos. De ahí tiene que salir el esfuerzo de la reconstrucción partidaria, que es un aporte a la reconstrucción del sistema de partidos. Cada uno de ellos es necesario, habrá que tomarse un puré de Valium, y aquel que entienda que una concepción ético-moral de la política es indispensable en la sociedad, y que la UCR ha cumplido ese rol durante 129 años y tiene todavía un papel que jugar en el futuro del país. Esta es la convocatoria que uno empieza a hacer. Muchos de los sueños que tenían cuando se derrota la dictadura y se retoma la democracia, han quedado como aspiraciones incumplidas, pero hay algo sumamente importante que se logró, y tenemos obligación de preservar, que es la recuperación democrática, y el funcionamiento, como establece la constitución, de esas instituciones, y si no nos gustan, la misma constitución y los tiempos electorales nos permiten cambiarlo.

– ¿Por qué resalta tanto la importancia de los partidos políticos? ¿Es por la actualidad de peligro en la que los ‘corren’ por derecha y por izquierda, calificados de antiguos e incapaces de contener desde lo simbólico las demandas políticas de hoy?

– En el año 1994 cuando reformamos la CN, uno de los puntos que pusimos es que el único y excluyente vehículo para poder constituir gobierno y realizar las transformaciones que su programa determina, son los partidos políticos, sin los cuales es imposible construir un sistema democrático. Soy absolutamente consciente de que el modelo neoliberal, que empezó a tantear el horizonte en 1985, cuando para muchos era desconocido o una irrealizable utopía, ha empezado a desarrollarse como un gran monstruo que se ha comido buena parte de lo que era Europa del Este, buena parte de Europa del Oeste, ha avanzado en América Latina, tenemos la situación de Brasil, lo más pegada a nostoros, la tenemos con Trump en Norteamérica. Eso ha avanzado. Los partidos políticos les molestan, son una traba, los políticos en definitiva son un estorbo, entonces si el 1% que maneja el 99% del dinero mundial, frente al 99% que maneja el 1% dice ‘qué tenemos que estar con esto de los partidos y la política, pongamos nuestros directores, nuestros CEO’s. No sufro de síndrome de Estocolmo, como para suicidarme o enamorarme de mis ejecutores. Me siento responsable de participar en el esfuerzo de recuperar el sistema de partidos políticos, y como radical apunto a la recuperación de mi partido, y que amigos de otros partidos hagan lo mismo.

– ¿Cómo vislumbra un posible Gobierno de Alberto Fernández?¿Parado sobre alguna de estas bases?

– Hay una enorme heterogeneidad allí, no me llama la atención, es bastante tradicional la cuestión, los amigos del justicialismo, en un determinado momento, tenían a la triple A y los Montoneros, todo bajo una sola bandera. En este momento tenés una cantidad de líneas internas, se juntan para ganar un proceso electoral, pero con pensamientos e ideas diferentes; se puede tapar esa situación callándose o hablando poco, ahora cuál va a ser la línea que realmente se va a desarrollar. Va a ser sin confrontación o con confrontación interna. Podemos tener alguna claridad recién en 3 o 4 meses, para donde va realmente la cuestión, como argentino creo que tenemos que estar todos preocupados, mirarnos al espejo, empezar a pensar que no podemos ser simplemente sujetos de reclamo. Debe haber predisposición de dar en la medida de nuestras posibilidades. El que tiene más que ponga mas, el que tiene menos que ponga menos y el que no tiene no pondrá. Paren la pelota, porque desde la mala política se han armado estos bodrios, pero hay que poner cuotas de buena política, de predisposición, y trabajar para la gente. Va a hacer falta tiempo y esfuerzo, incluso los tiempos los vamos a tener que construir.