Por Fabrizio Turturici

Una inusual maniobra política-electoral fue llevada a cabo por el gobierno nacional en la provincia de Santa Fe, tras designar a un nombre poco conocido como Albor Cantard para encabezar la lista diputados nacionales. Esto causó sorpresa en el arco opositor, pero también en el oficialismo.

El actual secretario de Políticas Universitarias de la Nación, dirigente del riñón de José Corral, declaró a Conclusión su “orgullo y responsabilidad por encabezar la lista de Cambiemos en una provincia tan importante como Santa Fe, desde el punto de vista estratégico”.

“Mi designación es fruto del acuerdo entre distintos partidos que integran la alianza. Estoy ansioso por aceptar el desafío, queremos trasladar a los santafesinos la idea del cambio”, aclaró Cantard,  de tono fluido.

En otro orden, expuso que su relación con el presidente de la UCR, José Corral, es “excelente”, dado que pertenecen al mismo espacio político “desde hace treinta años”. Y respondió a las acusaciones de Jorge Boasso, quien los enfrentará en las internas.

—¿Qué responde a los dichos sobre “dedocracia y arbitrariedad” en su designación?

—En las mesas de discusión dentro de Cambiemos, con las conducciones nacionales tanto del PRO como de la UCR y CC-ARI, se viene procurando lograr el armado de las listas, que no resulta sencillo dado la variedad de partidos existentes. Cada uno tiene sus intenciones y todas son válidas, pero a veces no coinciden con aquella del otro. Sin embargo, Santa Fe fue una de las primeras provincias en alcanzar un acuerdo dentro de todos los partidos que lo integran: esto puede ser corroborado por las conducciones nacionales y provinciales del PRO y de la UCR. Lo que ocurre es que existen afiliados o dirigentes que hubiesen preferido otros nombres, pero en una composición tan global no se puede lograr unanimidad. Lo que hubo es consenso, no sólo en los nombres sino en el lugar que cada uno ocupará dentro de las listas.

—¿Cómo vería una interna con Jorge Boasso?

—Nosotros queríamos evitar las Paso porque comprendemos que generan un proceso de desgaste y resultaría conveniente empujar todos para el mismo lado, desde el principio. Pero si esto no se puede evitar y el concejal Boasso decide armar una lista, iremos a la confrontación interna en agosto.

—¿Qué los diferencia?

—En este armado político, cuando el gobierno se planteó cambios en las políticas nacionales, apuntó a: terminar con la corrupción, generar crecimiento sustentable, reducir el déficit fiscal de manera gradual, acabar con la inflación, entre otras cosas. Pero también se planteó una reforma política y eso implica un recambio de las figuras partidarias, para que no sean siempre las mismas caras que aparecen cuando hay elecciones. Acá hay una diferencia sustancial entre la figura de Jorge Boasso, quien es concejal desde hace más de veinte años; y en mi caso, que por primera vez me presentó a una contienda electoral.

—Imagino que será un gran desafío para usted, porque si bien es reconocido en la ciudad de Santa Fe, quizá no lo sea tanto en Rosario y el resto de la provincia…

—Te diría que tranquilamente podés retirar el «quizá» (risas). Es cierto que no soy conocido en el sur de la provincia como sí en la capital, donde hasta hace un año desarrollé toda mi actividad política, gremial y universitaria. Será un desafío especial donde tendremos que poner mucho esfuerzo con Luciano Laspina (PRO), Lucila Lehman (Carrió), Gisela Scaglia y el resto de la lista, que se estará definiendo en estos días. Recorreremos la provincia para que conozcan nuestras ideas y nos acompañen en las elecciones.

—¿El hecho de que no sea conocido revalida la idea de que “el candidato es el proyecto”?

—Sin dudas, me recuerdan a las elecciones de medio término en tiempos de Alfonsín, donde el eslogan de campaña era “No le aten las manos a Raúl”. En este caso, diría que nos acompañen para quitar las piedras en el camino y consolidar el cambio en Argentina.

—¿Está poco afianzado el PRO en Santa Fe, teniendo en cuenta que tanto usted como Boasso –cabezas de lista- provienen del radicalismo?

—El PRO viene de realizar una buena elección hace apenas dos años, a pocos votos de ganar la provincia. Luego, la preferencia de los santafesinos por el cambio quedó bien establecida en el balotaje de 2015, acompañando a Mauricio Macri. La consolidación del PRO en Santa Fe es notable, porque hay muchos dirigentes que tendrán un papel predominante.

—¿Qué piensa sobre la fractura de la alianza entre la UCR y el socialismo en Santa Fe capital?

—No comparto que haya sido el radicalismo quien rompió la alianza con el Frente Progresista. Lo que ocurrió fue que el socialismo decidió no seguir acompañando la gestión del intendente Corral. Entonces, no quedó otra alternativa que llevar adelante el proyecto de Cambiemos en la ciudad. Vemos que está ocurriendo el mismo proceso en otras localidades importantes de la provincia.

—Desde lo personal, ¿cómo era su relación con el Frente Progresista?

—Mi militancia política siempre fue en la Unión Cívica Radical. Al estar ligado a la educación universitaria, ya que fui ocho años rector de la UNL antes de sumarme al gobierno nacional, tuve una relación respetuosa y en buenos términos. Hemos realizado muchas acciones conjuntas con el gobierno santafesino, aunque lamentablemente hubo algunas otras en que no se pudo avanzar. Mi pertenencia al espacio de Cambiemos va de la mano con la decisión de la UCR. Luego de la convención de Gualeguaychú, estuve absolutamente convencido en trabajar para ponerle fin a los doce años de kirchnerismo.

 

 

 

 

Foto: Clarín.