Aerolíneas Argentinas implementa un plan de «reorganización». Es que a partir de abril, achicará sus frecuencias desde el aeropuerto de Fisherton a varios destinos nacionales -Bariloche, Córdoba, Mendoza e Iguazú- y eliminará las seis semanales que hasta ahora llevaban a El Calafate, en el marco de un plan que tiene como objetivos «eficientizar» y «repotenciar las conexiones de cabotaje».

Según el gerente de Asuntos Públicos de la firma, Pablo Marcó, se trata de una estrategia a desplegar durante la «temporada baja» y que cuando recomience la alta, en septiembre, llevará a restablecer las conexiones, pero de manera directa (por ejemplo, sin pasar por Córdoba). La otra modificación, reclamada desde el aeropuerto local, es que también desde abril habrá un nuevo vuelo Rosario-Aeroparque en horario «corporativo»: saldrá de Buenos Aires a las 6.45 y regresará desde Fisherton a las 8.20.

Tanto Marcó como el gerente regional de la empresa, Rubén Nóbile, aseguraron en declaraciones a diario La Capital que no se trata de un plan de «ajuste» ni de «achique».

«Son cambios absolutamente temporales, relacionados con la programación de la temporada baja y la temporada alta», afirmó Nóbile. Lo mismo sostuvo Marcó. La idea, dijo, es «reducir la oferta durante la baja y potenciar las conexiones directas durante la alta».

Siempre según el directivo, por ejemplo, los vuelos que a partir del 22 de abril dejarán de operar de Rosario a El Calafate, con escala en Córdoba, deberían volver a salir desde Fisherton rumbo a la localidad santacruceña en forma directa en septiembre próximo.

Así, la frecuencia a Bariloche bajará de 7 a 3 operaciones semanales; a Córdoba pasará de dos diarias a una (incluso, según fuentes gremiales, podrían no ser diarias); los vuelos a Iguazú se reducirán de 4 a 3 y a Mendoza de 6 a 4. La conexión a El Calafate se suspenderá, según Marcó, hasta septiembre.

Toda esa «reprogramación», dijo el directivo, busca «repotenciar las conexiones de cabotaje» para aumentar su factor de ocupación y hacerlas más rentables con un «mejor producto».

Rediseño y objeciones

El plan contempla achicar la oferta de vuelos durante la temporada baja y reponerla, con conexión directa, en la alta. Nuevamente El Calafate aparece como emblemática.

«Puntualmente esa ruta estaba dentro de un corredor federal, pero muchas veces no daba los resultados esperados. Por ejemplo, porque mucha gente prefería salir de Buenos Aires a triangular en un vuelo desde Rosario a Córdoba y después El Calafate».

Lo cierto es que, al menos para Raúl Garo, titular de la aeroestación local, esas no fueron buenas noticias, sino «muy malas».

«En momentos en que estamos pidiendo a Aerolíneas nuevas conexiones (redoblar Aeroparque, sumar Ushuaia y Santiago de Chile) teníamos mucha expectativa, así que si hay una política de reducción de vuelos habrá que ir a pelearla a Buenos Aires», sostuvo el titular del directorio de Fisherton.

Garo confió en que «esto no tenga que ver con un retiro de Aerolíneas Argentinas primero de algunos vuelos internacionales y luego de los de cabotaje», máxime cuando al menos otras cinco empresas de aviación se aprestan a operar destinos nacionales.