La coalición Cambiemos ganó las elecciones generales con el 40,7% en todo el país y superó los diez millones de votos, mientras que, al triunfar en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, logró quedarse con los cincos mayores distritos del país, empatando así el récord en elecciones de medio término, de 1985, que alcanzó la UCR de Raúl Alfonsín.

El Gobierno ganó en forma clara en 12 provincias, de las cuales, las más sorpresivas fueron Salta y Chaco, y registró cuatro empates técnicos: La Pampa (igualó en 45% con el PJ, que lo superó por apenas 0,22, revirtiendo la derrota en las PASO), Tierra del Fuego (empataron con 45% Cambiemos y el kirchnerismo, que superó por apenas 0,26%), Chubut (iguala en 33% con el oficialista Frente Chubut para Todos, del gobernador Mario Das Neves), y La Rioja (empata con el 44% con el Frente Justicialista Riojano, de Carlos Menem).

Igualmente, la cereza del postre para el oficialismo fue la provincia de Buenos Aires, que concentra el 38% del padrón nacional y en donde Cambiemos trepó en la lista para senadores nacionales 6 puntos con respecto a las PASO, llegando al 41,38% y superando a Cristina Kirchner por cuatro puntos.

En ese distrito, la candidata más votada volvió a ser la aspirante a diputada Graciela Ocaña, quien alcanzó el 42,2%, y con casi 3,9 millones de sufragios es la dirigente con más cantidad de votos de todo el país.

El frente oficialista también consiguió salir victorioso en Santa Fe (37,87%), que junto a Salta y Chaco, son las otras provincias en las que pudo dar vuelta el resultado de las primarias de agosto.

Al sumar a Santa Fe y la provincia de Buenos Aires, Cambiemos logró alcanzar el récord histórico que hasta ahora solamente ostentaba el alfonsinismo, al triunfar la Casa Rosada en las cinco provincias más pobladas del país en una elección de medio término, algo que no sucedía desde 1985 (aunque en aquella oportunidad la UCR obtuvo a nivel nacional el 43,5%).

La mala nota del día para Cambiemos fue no poder sostener los batacazos en La Pampa y en San Luis, dos provincias en las que había logrado ganarle al siempre imbatible peronismo local, que supo recomponerse en la jornada de ayer.

La mayor diferencia de un ganador con respecto al segundo fue para el ahora gobernador electo Gerardo Zamora, quien obtuvo 50 puntos más que el candidato de Cambiemos en Santiago del Estero; mientras que en el oficialismo, la mayor ventaja fue para Elisa Carrió en la Capital, con casi 30% más que el kirchnerista Daniel Filmus.

El distrito en el que mejor le fue a Cambiemos fue Corrientes, superando los 55 puntos, seguido por la Ciudad de Buenos Aires, con 51% (aunque allí concurrió sin alianza con la UCR), mientras que en donde ganó con la menor cantidad de votos a favor fue en la provincia de Neuquén, con 28,12%.

La sorpresa tuvo tres nombres: Salta, Chaco y La Rioja, ya que Cambiemos revirtió la derrota en las PASO y ganó a los peronismos locales, con 32%, 41,7% y 44,7%, respectivamente.

Al clausurar el búnker de Cambiemos en Costa Salguero, minutos antes de la medianoche, el presidente Mauricio Macri celebró el triunfo y dijo que los argentinos «nos dimos cuenta que podíamos, vencimos el miedo y la resignación».

«Esto es sólo el principio. Hoy no ganó un partido, ganó la certeza de que podemos cambiar el país para siempre, y hablo de todos, también de los que votaron a otras fuerzas. Siempre los vamos a escuchar. respetamos sus ideas y tendrán la puerta abierta», enfatizó.

Macri prometió mantener su «combate a las mafias del narcotráfico y la corrupción, porque con ellas no hay futuro» y consideró que «hoy ganó el diálogo, que está creciendo y llegando a áreas que parecía imposible».

«Nos animamos a decir basta con el ‘no se puede’, basta con decir que somos menos que nadie en un mundo de cambios acelerados, nosotros los argentinos tenemos mucho que acotar», remarcó, y concluyó con una invitación «a seguir recorriendo la aventura de la transformación, que es no tener miedo de ir más allá de lo que creemos posible».

Por lo pronto, la Casa Rosada ya saca cuentas y la mejora en votos que se dio en todo el país llevará al oficialismo a las 25 bancas, en el Senado, y a los 107 diputados, en la Cámara baja, lo que cambia a su favor la correlación de fuerzas, aunque queda lejos del quórum propio.

El Presidente tomó nota de que el triunfo nacional lo deja mejor posicionado, pero aún obligado a negociar reformas con la oposición, como la tributaria y la de coparticipación, y buscará el viernes próximo, 27 de octubre, un golpe de efecto en una nueva reunión en la Quinta de Olivos con los 24 gobernadores provinciales, «para consensuar los grandes temas que se vienen», señalaron desde el Gobierno.

Por lo pronto, luego de los comicios y con el envión de la victoria, la Casa Rosada tiene pensado impulsar la aprobación del Presupuesto 2018 y convocar, seguramente, a sesiones extraordinarias para diciembre.