El ministro de Producción, Ciencia y Tecnología de Santa Fe, Daniel Costamagna, anunció que el secretario de Agricultura y Ganadería de la Nación, Juan José Bahillo, arribará a la provincia para recorrer las zonas más afectadas por la sequía. El gobierno nacional traerá una asistencia de 1.300 millones de pesos, que se sumarán a los 3.000 millones que el Ejecutivo santafesino distribuirá a través de distintos instrumentos.

La llegada del funcionario nacional a territorio santafesino tiene como contexto la alarmante falta de lluvias, sobre todo en el norte de la provincia, y su consecuencia en los procesos productivos. En ese marco, el gobernador Omar Perotti y el ministro Costamagna mantuvieron este miércoles un encuentro con referentes de la Confederación de Entidades Rurales de Santa Fe (Carsfe), con quienes estudiaron los estragos generados por este escenario climático.

Antes de la reunión de este miércoles con los productores agropecuarios y el mandatario provincial, Costamagna anticipó que esta jornada va a estar «en Vera con el secretario de Agricultura (Juan José) Bahillo para ir ajustando cuestiones vinculadas al apoyo y al trabajo articulado con Nación».

El funcionario provincial indicó que es una forma de trabajo conjunta que vienen ejecutando de manera periódica, y que hasta el momento permitió la distribución de asistencias por alrededor de 3.000 millones de pesos entre aportes nacionales y santafesinos.

El titular del Ministerio de Producción santafesino detalló que los cuatro departamentos del norte provincial «son sistemas más vulnerables y ante la sequía el agua se pone amarga, la hacienda no la toma y empieza a haber mucha mortandad de animales, y a esto se suma la falta de pasto».

Costamagna lamentó que «realmente es una situación muy mala», más teniendo en cuenta que «es una época del año donde en general los campos están cargados de forrajes» y «los productores aprovechan para utilizarlos el invierno siguiente en mejores condiciones». En este contexto, las consecuencias también afectarán a ese período del año.

«Vamos a entrar al invierno en una situación muy mala. En el resto de la provincia estamos con la cosecha gruesa y eso significa mucho para el país, que ya presenta estimaciones de pérdidas millonarias», planteó el funcionario.

Respecto a los diferentes instrumentos de asistencia a los productores, el ministro detalló que «para los más pequeños hay aportes no retornables, mientras que para los medianos hay créditos a tasa 0 y también toda una logística de acompañamiento en cuanto a distribución de agua». En esa línea, además habrá exenciones impositivas y previsionales, y créditos del Banco Nación con tasa subsidiada para los productores de mayor porte». Aun así, desde el Ejecutivo aclaran que ninguna de estas medidas puede resolver la problemática de fondo.

Un escenario crítico

Costamagna señaló que el mayor impacto de la sequía comenzó a registrarse a partir de la cosecha del trigo, donde las pérdias llegaron cerca al 50%, y posteriormeente se intensificó en noviembre y diciembre, en la siembra de maíz y soja. Las cosechas realizadas en octubre tuvieron pérdidas muy importantes, incluso en algunos casos llegaron a ser totales.

Los cultivares de maíz de primera del centro y norte de Santa Fe fueron los más afectados por la ausencia de lluvias y no tienen «posibilidades de recuperación», aún en caso de concretarse precipitaciones en los próximos días, indicaron este miércoles voceros del sector.

El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción provincial y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, indica que la secuencia de imágenes del maíz temprano «reflejó el impacto de la ausencia de precipitaciones y déficit hídrico» en la mayoría de las 86.900 hectáreas sembradas.

«Fue el cultivo que acusó el mayor impacto y un presente muy complicado, sin margen de reacción, ante un improbable pronóstico general de precipitaciones», precisa el trabajo.

En el relevamiento semanal se observó apenas un 25% de los lotes en estado bueno, un 50% regular y un 25% malo, al margen de los cultivares que ya fueron picados/embolsados, enrollados o destruidos para una futura siembra.