El Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, defendió el pedido del senador Miguel Pichetto para que en Argentina haya «controles más firmes» sobre la inmigración, aunque tomó distancia de parte de su planteo al afirmar que «no se puede centrar el problema
interno de delincuencia en la inmigración».

El funcionario macrista le bajó el tono a la polémica desatada por el jefe de bloque del PJ-Frente para la Victoria del Senado, quien había criticado la «cultura igualitaria» que existe en torno a la cuestión migratoria que hace que, a su criterio, el país sea permisivo a la incorporación de la «resaca» de los países vecinos.

«Estamos de acuerdo (con Pichetto) en que, por falta de controles, en los últimos años ha venido mucha gente a instalarse con otras intenciones», señaló Avruj, que de todos ratificó que el Gobierno de Cambiemos va a continuar con la política de «puertas abiertas para los que vienen a buscar aquí un lugar para desarrollarse».

No obstante, aseguró que en línea con el planteo de Pichetto, se requieren «controles más firmes» dado que en «los últimos años hubo mucha gente que vino con antecedentes no chequeados, que no estaba debidamente en regla y la Argentina fue muy permisiva».

«Estamos de acuerdo con él en que señaló la importancia de la inmigración, dijo que no se puede generalizar y que debe haber controles más firmes», indicó en una entrevista publicada en Infobae.

Pese a defender a Pichetto, Avruj se despegó de la palabra «resaca» que empleó el senador peronista para referirse al tipo de inmigración que a su entender recibe la Argentina por parte de los países limítrofes.

«Por ahí, la palabra «resaca» habría que sacarla. Nosotros decimos que no son buenas las generalizaciones ni la estigmatización. No se puede centrar nuestro problema interno de delincuencia en la inmigración, pero creemos que es necesario fortalecer los controles», insistió.

De esta manera, el Gobierno nacional sentó posición sobre el escándalo político y mediático que provocaron los polémicos conceptos de Pichetto, quien sostiene una mirada crítica hacia la inmigración de países vecinos desde hace décadas.

«¿Cuánta miseria puede aguantar Argentina recibiendo inmigrantes pobres?», había dicho días atrás Pichetto en una entrevista en canal 26, donde criticó la atención de paraguayos en hospitales públicos y la presencia de colombianos en universidades.

Al tomar estado público sus comentarios y las repercusiones que generaron, lejos de desdecirse, el legislador redobló la apuesta al señalar que existen países con «perfiles delictivos».

Por estas declaraciones, el INADI anunció que recibió denuncias de la embajadas de Perú y del Consulado de Bolivia y que abrirá un expediente para investigar si existió xenofobia en las expresiones del dirigente justicialista, que participó como líder parlamentario del los gobiernos de Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner.

Hebe de Bonafini, Eduardo Valdez y los intelectuales de Carta Abierta son algunas de las voces del kirchnerismo que salieron rápidamente a desmarcarse de Pichetto, acusándolo de xenofobia y pidiendo que sea desplazado como jefe de bloque del FpV en la Cámara Alta.