Por Aldo Battisacco desde Buenos Aires 

El Intendente de Zárate, Osvaldo Cáffaro, dijo hace 2 semanas: «Nosotros que vivimos acá toda la vida, sabemos lo que es una empresa arrumbada como tuvimos a Atucha tantos años, la que los propios trabajadores cuidaron. Para poder construir Atucha II hubo que traer a muchos profesionales y técnicos que no había en el país y ¿ahora qué va a pasar con ellos, se van a ir nuevamente?».

Y añadió: «La matriz económica de este gobierno deja a miles y millones de argentinos afuera».

Todo comenzó en abril de 2016 con el envío de telegramas de pre aviso, con despidos al personal de la Unión Empleados de la Construcción y Afines de la República (Eucara). Con el correr de los días se supo que la cantidad de desafectados llegó a 600 trabajadores jerárquicos en varias contratistas del complejo Atucha.

Facundo Ocampo, referente de los trabajadores relató en marzo de 2016  a Conclusión que el Gobierno nacional «decidió suspender las obras de la cuarta central nuclear de Argentina» y que «las delegaciones sindicales participaron de una reunión con el ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, con el objeto de que dictase la conciliación obligatoria en el conflicto, pero sin suerte».

El sindicalista había indicado, que el ministro de Energía, Juan José Aranguren, afirmó que las obras no se interrumpirían”, sin embargo “inesperadamente, el compromiso de continuar con Atucha lV resultó ser una mentira, llegaron los telegramas anticipando los despidos del personal jerárquico que trabaja en las empresas que llevan adelante obras en el complejo Atucha”, y que “la partida para que continúe la obra de 4.500 millones de pesos fueron aprobados en el presupuesto de 2015 para el inicio de las tareas”, había señalado Ocampo; sin embargo ese dinero «nunca llegó».

Por su parte, el titular de la Uocra seccional Zárate, Julio González, manifestó que “el 31 de marzo terminan los contratos para las empresas, y sabemos que llegan los despidos, esto es grave, buscaremos agotar instancias dentro de un marco de legalidad, pero eso no quiere que vamos a renunciar a la lucha si no aparece una respuesta inmediata por parte del Estado”.

“La solución de este conflicto no es gremial, es política. No estamos en desacuerdo con que Macri gobierne, pero con los trabajadores incluidos en un modelo de país para todos», había manifestado el líder de la Uocra.

El 16 de marzo, el intendente Caffaro, advirtió «despidos masivos en el complejo nuclear, y dijo que si el Gobierno no destraba fondos para obras y pagar salarios, habrá unos 2.800 operarios cesanteados».

“El Gobierno nacional debería hacer un esfuerzo importante. Atucha estaba pidiendo 4.000 millones de pesos de presupuesto nacional para este año, pero el Gobierno prevé girar 1.800 millones. Según los técnicos de la Nasa, se necesitarán unos 2.500 millones como piso”, dijo el intendente.

El 16 de abril  de 2016, se conoció la noticia que habían sido despedidos 2.400 trabajadores de Atucha, el secretario general de la Uocra de Zárate, dijo que no será «socio de repartir hambre en la ciudad».

Recientemente, y a más de un año de marchas y contramarchas, de los 1400 operarios que quedaban en la planta nuclear, 1100 recibieron los telegramas de despido afectando a los trabajadores encuadrados en la Uocra y Uecara, poco más de 300 fueron los que quedaron en el complejo nuclear.

Conclusión viajo a Zarate y dialogó con los trabajadores que reclamaban por su reincorporación en la rotonda de acceso al puente interprovincial Zárate – Brazo Largo. En el lugar de acampe de los sindicatos afectados quedó la marca del impacto de las medidas tomadas por el Ejecutivo nacional y el ministerio de Energía que conduce el ex CEO de Shell, Juan José Aranguren.

El titular de la Uocra, Julio González, señalo que “no hay falta de obras, porque existen, pero nos encontramos con obras desfinanciadas por parte del Gobierno nacional que no envío las partidas correspondientes para que las éstas se ejecuten».

Desde otros gremios, el relato no resultó muy distinto, si bien no se se hizo mención de igual número de despidos, los sectores afectados mostraron cual fue el daño ocasionado por la falta de mercado interno con la suficiente capacidad de consumo para demandar productos fabricados en esa franja industrial. «La avalancha de importaciones también dejó las peores secuelas», dijo uno de los dirigentes entrevistados.

Felipe Barrios, representante de 26 gremios de la ciudad de Baradero, cercana a Zárate e igualmente afectada por la ola de cesantías que asola la región, dio su versión a Conclusión y dejó en claro cual es el efecto de las políticas oficiales. Barrios habló de las empresas cerradas, como ser Atanor, Manifresh, Ingredion (refineria de maíz) y Ger Mai.

Por su lado, los dirigentes de Uecara, denunciaron que los miembros de su organización gremial no corrieron distinta suerte a la de los trabajadores de la Uocra, ya que se trata del personal jerárquico que agrupa a distintos estamentos de las formas organizativas internas para darle continuidad a las tareas vinculadas con la construcción por tratarse de gerentes, supervisores, capataces y otros, en el área administrativa. Su suerte está ligada a los trabajadores que llevan adelante tareas de albañilería.

 

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«Ya antes de asumir, Macri y sus “expertos energéticos” (más bien hombres del establishment termoeléctrico, opuestos visceralmente a las nucleares e hidroeléctricas), hicieron ver sus “coincidencias” con los sectores ultras del ecologismo transnacional (básicamente ONGs británicas), las que siguiendo mandatos de las potencias del Grupo de los Siete (EEUU, Canadá, la Unión Europea y Japón), montan persistentes campañas de ecoterrorismo, atacando a las usinas hidros y nucleares, ofreciendo como falsas “grandes soluciones” a las muy caras (por KWh) y llenas de limitaciones técnicas, energías “renovables sesgadas”, básicamente eólicas y solares». dijo Cárlos Andrés Ortíz.

Réquiem para el Plan Nuclear Argentino

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“El Gobierno nos prometió trabajo y ya tenemos con Atucha 2.500 desocupados”