Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires – El sociólogo Atilio Borón sostuvo que el golpe de Estado en Bolivia fue articulado para expulsar a Evo en un marco de «intensas presiones internacionales».

Borón, manifestó que fue necesaria la participación de la Organización de Estados Americanos (OEA), con el protagonismo de las fuerzas de seguridad y las fuerzas armadas, para llevar adelante el golpe, porque facilitaron que las ordas asolaran las principales ciudades de Bolivia.

«El jefe de policía que organizó el amotinamiento, y el titular de las fuerzas armadas, que exigieron la renuncia de Evo, pasaron largos años como agregados en la embajada de Bolivia en Washington, donde tomaron cursos de entrenamiento con sus pares de los EE.UU.», reveló Borón.

Para el politólogo, haber dejado el campo libre para que los manifestantes violentos hagan desastres e intimiden a la población y a los funcionarios -que fueron amenazados de muerte y sus familias- implica un «golpe militar por omisión planificada».

Respecto de los ciudadanos que emergieron como referentes opositores al gobierno de Evo, blandiendo crucifijos y banderas, Borón opinó que se está frente a un «fenómeno sociológico de importancia en América Latina».

En relación a Macho Camacho, de Santa Cruz de la Sierra, un místico «por no decir que es un delirante y psicópata es uno de los hijos de empresarios que tenía las empresas de gas de Bolivia».

«Todo esto es parte de la irrupción de las iglesias evangélicas en América Latina», explicó Borón, y apuntó que se trata de gente peligrosa que si lo hubieran encontrado a Evo Morales, lo mataban».

Según Borón, el modelo para Bolivia es Libia, «no hay que hacerse ilusiones que habrá una transición democrática, porque los opositores ya adelantaron su deseo de que el MAS no se presente a elecciones, es decir la proscripción».