La jueza federal María Eugenia Capuchetti volvió a imponer este lunes el secreto de sumario en la causa por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, luego de que se incorporara al expediente como prueba clave el contenido del celular de Brenda Uliarte, la novia del agresor Fernando Sabag Montiel, imputada por el mismo hecho.

«El teléfono de ella es muy contundente», afirmó una fuente de la investigación que, sin revelar detalles,  aseguró que confirma su participación en el intento de asesinar a la expresidenta, a la vez que aseguró que se trata de un material que la coloca como participante activa de distintos grupos de «heaters».

En las últimas horas, el diario Página/12 había revelado que en el celular Xioami Note 9 de Uliarte se encontraron frases como «tenemos que generar hechos, no protestas» y «basta de andar puteando, hay que tirar molotov en la Rosada».

Otro hecho que despertó el interés de los investigadores fue la participación activa de Uliarte en grupos de Telegram con ideas radicalizadas y, por supuesto, al margen de la ley. Los nombres de esos grupos de Telegram se mantendrán en reserva por temor a que su publicación pueda generar que sumen adeptos, destacaron fuentes.

«Hay un submundo todavía más violento que aquellas expresiones que llegan a hacerse públicas a través de redes sociales», sintetizó una fuente de la investigación.

Tras recibir todo el cúmulo de información, la magistrada volvió a disponer el secreto de sumario en el expediente, por lo que no se descarta que en las próximas horas vayan a ejecutarse medidas de prueba cuyo anticipo podría hacerlas fracasar.

La aparición de nuevos elementos en el expediente podría alterar los planes del juzgado, que durante el fin de semana trabajaba en los procesamientos de Uliarte y de Fernando Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar a Cristina Fernández de Kirchner el 1° de septiembre.

Por estas horas, todas las partes involucradas en la causa se preguntaban si la jueza Capuchetti avanzaría con los procesamientos para luego continuar con la investigación de las nuevas pruebas o si ampliaría las indagatorias de los imputados para exhibirles el nuevo material probatorio.

Relacionado con esto, una serie de mensajes también extraídos del celular de Uliarte permitieron a la justicia detectar que el mismo grupo de personas había intentado antes asesinar a la vicepresidenta.

Fuentes de la investigación confirmaron que los mensajes dan cuenta de un intento de asesinato ocurrido el 27 de agosto, durante la noche en la que la  vicepresidenta le habló a la militancia apostada en la zona de las calles Juncal y Uruguay, donde se emplaza el edificio donde vive la titular del Senado.

«No, no es que se dé cuenta, el tema es que hay una cámara de C5N, y hay poca gente, y la gente se está yendo, y el momento es ese, ahora ya es tarde, o sea son las 12 y ella salió a esa hora, y era a esa hora, o sea el escenario era con ella porque la habrán seguido», dice uno de los mensajes que recibió Uliarte de parte de Sabag Montiel.

«¿Entendés? Después vamos a ver en la tele a ver qué pasó porque cuando ella se metió, la siguieron y ahí tendría que haber sido», sostiene otro mensaje detectado por la justicia.

En otra comunicación, Sabag Montiel le dice a Uliarte: «No, ya se me metió adentro y el escenario, el anfiteatro lo sacaron. Le toqué la espalda a (el gobernador bonaerense) Axel Kicillof y se metió en un Toyota Etios, eh, y se fue, un quilombo. Ella está arriba pero no creo que salga, así que ya fue, dejá, voy para allá, quédate ahí. No traigas nada».

La información coincide con la de un video publicado la semana pasada por el canal de noticias C5N donde se ve que, el 27 de agosto, Sabag Montiel estaba camuflado entre los manifestantes como si fuera un vendedor de copos de nieve azucarada y logró acercarse a metros del gobernador de la provincia de Buenos Aires.