La jueza federal Sandra Arroyo Salgado, anoche estuvo en el programa de Mirtha Legrand por Canal 13 y ratificó que para los médico legistas y criminalistas que integran la querella «se llegó a la conclusión de que Nisman tuvo una muerte violenta» y que fue asesinado.

En ese sentido, entre otras evidencias, sostuvo que el cuerpo encontrado en el baño de su departamento de la torre Le Park, de Puerto Madero, no presentaba hematomas de caída, mientras que la posición de las piernas indicaban que fue movido, entre otras circunstancias.

También sostuvo que quiere que se analice la evidencia tanto en el cuerpo de Nisman, encontrado muerto el 18 de enero pasado, como las fotografías tomadas por el Policía Federal y al día siguiente por la Metropolitana.

Por otro lado, aseguró que «hay un contexto de amenazas que no se tuvo en cuenta» en el momento de la muerte de su ex pareja, el fiscal Alberto Nisman.

En ese sentido, dijo en cuanto al fiscal que «hubo amenazas de siete pasos» contra Nisman y que algunas de ellas se cumplieron, como el despido del ex espía de la Side, Antonio Stiusso.

«Hay todo un contexto de amenazas que se planteó en este contexto que eran importantes. Esas amenazas son recientes», expresó.

«A Alberto le llegaron las amenazas por mail, hubo una en agosto y en noviembre de 2012. También en febrero de 2013. Fueron expuestas públicamente y me afectó mucho. Son siete pasos que se cumplieron casi todos e incluyen esa cuestión del desprestigio mediático, que iba a quedar afuera del memorándum Argentina-Irán, que lo iban a destruir públicamente, que iban a echar a Stiusso y que a partir de ahí su vida iba a correr peligro», contó.

También indicó que en las comunicaciones se le aseguraba que se sabía de todos los movimientos de la familia del fiscal, lo que incluía a sus hijas.

Asimismo, Arroyo Salgado hizo hincapié en que las autoridades de Ministerio de Seguridad y la Policía Federal «estaban al tanto de esas amenazas».

Por otro lado, insistió en sus diferencias con la instrucción encarada por la fiscal Viviana Fein, «no se encaró una investigación criminalística» inmediatamente después del hecho.

«No se planteó una investigación en la que se despejara si fue un homicidio o un suicidio, y se trabajó en una hipótesis de mínima», sostuvo Arroyo Salgado, al abonar su desacuerdo con la fiscal Viviana Fein, que está al frente de la investigación.

Además, la jueza salió al cruce de las versiones que indican de que busca demostrar que el fiscal fue asesinado para cobrar un seguro, al remarcar que Nisman tenía dos pólizas contratadas que reunían unos 23 mil pesos, una suma que no consideró de mayor relevancia.

Arroyo Salgado, aseguró que desde la querella no se intenta obstaculizar la realización de una junta médica, aunque quiere que sea «interdisciplinaria, con la participación de médicos legistas y criminalistas».

Al referirse a las imputaciones del desempeño del fiscal y su conducta privada, Arroyo Salgado indicó que la investigación se transformó en un «circo mediático».

«Estamos sufriendo mucho con este tema, porque a la pérdida trágica y sorpresiva de Alberto, inexplicable para nosotros, se sumó esta investigación que se transformó en un circo mediático», dijo en ese sentido.

Confirmó asimismo, que el abogado Maximiliano Rusconi, quien representa a Diego Lagomarsino, el técnico informático que le entregó a Nisman el arma con el que se habría realizado el disparo que terminó con su vida, le había ofrecido sus «servicio profesionales» a ella, apenas ocurrido el hecho, con un llamado a su secretaria privada.

La semana pasada, la fiscal Fein fue ratificada al frente de la investigación por la jueza Fabiana Palmaghini, quien desestimó un pedido en ese sentido de Arroyo Salgado.