El canciller de Argentina, Felipe Solá, y el embajador de Chile, Nicolás Monckeberg, coincidieron ayer en que ambos países tienen un «destino común» con «vocación de hermandad y fuertes lazos históricos».

Ambos funcionarios hicieron estas afirmaciones en un acto de celebración del 210º aniversario de la creación de la Primera Junta de Gobierno de Chile, en el proceso de independencia del vecino país.

Con el Planetario Galileo Galilei iluminado como telón de fondo, representantes de las dos naciones participaron de la celebración, respetando los protocolos sanitarios por la pandemia del coronavirus.

Junto al diplomático y a Solá estuvieron el ministro de Salud argentino y exembajador en Chile, Ginés González García; el titular de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Eduardo Valdés; el exembajador argentino en Chile José Bordón; el secretario General y de Relaciones Internacionales del Gobierno porteño, Fernando Straface; Eduardo Romero, titular de la Cámara de Comercio Chilena-Argentina, y Alejandro Bravo, Cónsul General chileno en Buenos Aires, entre otras autoridades.

Solá destacó que «además de tener una frontera en común, tenemos intereses y vocación de hermandad. Tenemos un destino en común y muchísimo trabajo en común, con una agenda más que nutrida, reuniones de Presidentes, Gabinetes e Intendentes previstas regularmente, que fortalece esta relación», se informó en un comunicado.

Y el embajador Monckeberg agradeció a las autoridades presentes «este gesto de hermandad» y destacó «los fuertes lazos históricos que Chile ha construido junto a Argentina».

«Querer a Chile es necesariamente agradecer a Argentina. Tenemos que recuperar el espíritu patrio, siendo este el principal antídoto para cerrar grietas», aseveró el embajador.