El ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció ayer que si bien existen diferencias entre los países que integran el bloque regional, “también se ven puntos de acuerdo, y lo importante es avanzar sobre esos puntos para ir construyendo un Mercosur más moderno y adaptado a la necesidad del desarrollo de nuestras naciones”.

“Estamos de acuerdo en que la integración es de fundamental importancia, pero la integración como medio y no como fin”, dijo el ministro este lunes al participar de una reunión del bloque regional del que también tomaron parte sus pares de Uruguay, Paraguay y Brasil.

«Estamos de acuerdo con que teníamos un Mercosur dormido, y es importante despertar al Mercosur. Aquí se está despertando, y es importante que sea un buen despertar que avance sobre la base de consensos, reconociendo el momento histórico de pandemia que se está viviendo», subrayó el ministro.

Guzmán apuntó que “la prosperidad, para nosotros (los argentinos), es un camino al desarrollo que incluya un dinamismo productivo; mayor competitividad y mayor productividad. Pero fundamentalmente, que de ello se beneficien todos los integrantes de nuestra población”.

El sendero de desarrollo que han seguido los Estados Nación “se contrapone a la idea de una mano invisible que por sí sola resuelve los problemas”, señaló al hacer referencia a las teorías económicas que postulan como elemento principal al mercado.

Apuntó a que el aumento de las exportaciones “es una condición necesaria para que nuestros países cuenten con las condiciones para un crecimiento sostenible en las economías y en sus mercados internos”.

En este marco, apuntó a que la agenda de desarrollo del Mercosur “tiene que encarar el problema de la sustentabilidad ambiental”.

Aseguró Guzmán que “como bloque nos debemos una discusión más profunda sobre el camino propicio para la prosperidad de nuestros pueblos”.

“La prosperidad, para nosotros, es un camino al desarrollo que incluya un dinamismo productivo; mayor competitividad y mayor productividad. Pero fundamentalmente, que de ello se beneficien todos los integrantes de nuestra población. Es decir, que el crecimiento económico sea inclusivo, que venga acompañado de una equidad sobre cómo se distribuyen los beneficios de ese crecimiento”, sostuvo.

Ese crecimiento “debe darse en un marco de estabilidad, que permita que los procesos de desarrollo puedan tener continuidad en el tiempo. Para ello, estamos de acuerdo en que la integración es de fundamental importancia, pero la integración como medio y no como fin”, enfatizó el ministro.

La integración de la cadena de valor “es fundamental para poder propiciar mayores niveles de productividad, y para poder elevar los niveles de las exportaciones. Eso es algo que como bloque nos debemos”.

Como bloque, “la integración con el resto del mundo va a ser más positiva si la sustentabilidad ambiental es tenida en cuenta a la hora de diseñar nuestras políticas”.

Guzmán dijo que “hay un gran valor al trabajar como bloque, que requiere reconocer que hay asimetrías. Argentina reconoce las distintas situaciones que están experimentando los distintos países del bloque. Por eso es importante reconocer la necesidad de la flexibilidad para lidiar con esas situaciones. Pero también es fundamental no olvidar que a la integración la estamos pensando como un medio para el fin del desarrollo”.

«Necesitamos una integración apropiada que entienda qué nos da y que nos quita en términos de trabajo, del crecimiento de la productividad y estabilidad macroeconómica cada una de las políticas comerciales que como bloque propiciamos”, aseguró el ministro argentino.

Guzmán apuntó que, en todos los países considerados “exitosos” en el plano económico “el Estado tuvo un rol muy importante desde el diseño de políticas comerciales y económicas vistas como medios, y el diseño de políticas productivas que diesen lugar a mayor productividad, generación de trabajo, y para mantener ciertos equilibrios”.

“El sendero de desarrollo que han seguido esos Estados Nación, y que nosotros debemos construir como bloque, se contrapone a la idea de una mano invisible que por sí sola resuelve los problemas”, enfatizó.

El ministro argentino señaló que la pandemia «es un shock sin precedentes en la historia del capitalismo moderno. Nos deja un manto de incertidumbre muy grande. Por eso tenemos que hacer política económica, comercial y como bloque, entendiendo que esa incertidumbre está presente y que para dar pasos más firmes hay que ir construyendo con una audacia responsable y equilibrada, poniendo énfasis en los puntos en los que hay acuerdo».

La posición argentina» tiene similitudes y diferencias con los demás miembros del bloque, pero busca construir equilibrios que den condiciones de mayor prosperidad e impulsen comportamientos responsables».

«Consideramos que no avanzar y no hacer nada sería contraproducente. Vemos las diferencias, pero vemos que hay puntos de acuerdo, y lo importante es avanzar sobre esos puntos de acuerdo para ir construyendo un Mercosur más moderno y adaptado a la necesidad del desarrollo de nuestras naciones», finalizó Guzmán.

Propuestas concretas

Ante estas definiciones, la comitiva argentina presentó formalmente en la cumbre de cancilleres del Mercosur una propuesta de reducción del Arancel Externo Común (AEC) y ratificó su postura a favor de llevar adelante de manera conjunta el relacionamiento con terceros países, en base a las prioridades comerciales existentes en el bloque regional.

Al inaugurar la XII Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común, el canciller Felipe Solá señaló que se presentó «una propuesta de reducción promedio del AEC, pero utilizando una metodología de segmentación del universo arancelario en productos agroindustriales, industriales, bienes de capital, de informática y telecomunicaciones».

La iniciativa tiene «cinco eslabones diferenciados entre sí por el grado de elaboración del producto en cada caso y de allí sale una recomendación de mayores reducciones en insumos y materias primas, y menores reducciones en bienes finales», agregó Solá.

El Arancel Externo Común es la alícuota que deben tributar los productos de terceros países para ingresar al mercado regional.

En cuanto al relacionamiento con terceros países o bloques, Solá instruyó «a los coordinadores del Grupo de Mercado Común para que, al finalizar este semestre, elaboren una propuesta de plan de negociaciones externas que identifique prioridades de la agenda externa del Mercosur».

Además, pidió contemplar modalidades específicas de ofertas y de disciplinas y realizar un informe completo sobre el estado de situación de las diferentes negociaciones.

Argentina aspira a converger en las propuestas de los Estados partes en la revisión del AEC y en el sistema de relacionamiento externo durante este semestre, según informaron fuentes de Cancillería.

En la ocasión, finalmente Uruguay presentó formalmente su iniciativa para «flexibilizar» el AEC y la política de relacionamiento con terceros países o bloques.

En concreto, Uruguay plantea que para «explorar» nuevas negociaciones de acuerdos comerciales con países extrabloque deje de ser necesaria la participación conjunta de todos los integrantes del Mercosur.

En lo legal, esto implicaría modificar la Decisión 32 del Consejo del Mercado Común (CMC) del año 2000 que, en su artículo 1, reafirmó «el compromiso de los Estados Partes del Mercosur de negociar en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias».

En tanto, en lo político-institucional podría significar una nueva configuración del Mercosur.