El presidente electo, Mauricio Macri, «va a sufrir» por el «desastre» que deja el Gobierno saliente, advirtió el exjefe de Estado Fernando de la Rúa, que le recomendó al sucesor de Cristina Kirchner «cuidarse y estar atento para defender las instituciones», con el peronismo en el rol de oposición por primera vez en 14 años.

En una entrevista exclusiva con la agencia Noticias Argentinas, De la Rúa sostuvo que el kirchnerismo abandona el Poder después de años de «derroche» y de «endeudamiento artificial», por lo que Macri deberá lidiar con un legado similar al que tuvo que afrontar él cuando sucedió en 1989 a Carlos Menem en la Primera Magistratura.

Por otra parte, consideró que la Presidenta «encarnó la derrota» del peronismo en las últimas elecciones, después de haber sido «protagonista de la campaña, de los lineamientos y de las candidaturas», al tiempo que resaltó que «el pueblo ha decidido poner término a este sistema de opresión» que, de acuerdo con su opinión, llevaba adelante el kirchnerismo.

A continuación, un resumen de la entrevista que De la Rúa concedió a la agencia Noticias Argentinas y en la que, además de hablar de Macri, del nuevo Gobierno y de la herencia de Cristina, le pidió «sensatez» a Elisa Carrió:

NA – ¿Cómo evalúa el proceso político que se desarrolla en el país después del triunfo de Macri? ¿Cómo ve esta Argentina que se viene?

FDR – Ha sido tan largo el tiempo del kirchnerismo, 12 años. El pueblo ha decidido poner término a este sistema de opresión, de información unilateral, de mentiras. Era necesario un cambio para buscar nuevos horizontes y recomponer a la Argentina que venía siendo agredida.

– ¿Este cambio a usted cómo lo encuentra, con más esperanza que incertidumbre?

– Me encuentra con una gran expectativa, como a la mayoría de los argentinos. Al pasar los días se confirma el gran endeudamiento que viene dejando el país, el derroche sin medida ni control, que es una característica del populismo. Es de esperar que el nuevo Presidente haga un informe amplio al pueblo de las situaciones en que se encuentran las cosas, no para dramatizar sino para que se sepa adónde nos han llevado. La base de la soberanía está en no caer en endeudamientos indebidos o artificiales. Eso es lo que yo sufrí por lo que me dejó Menem y es lo que va a sufrir Macri por lo que le deja el kirchnerismo.

– ¿Es comparable la herencia que le dejó el menemismo a usted con el legado que le deja el kirchnerismo a Macri?

– Es difícil hacer comparaciones, pero a mí me dejaron una bomba, un enorme endeudamiento, un gigantesco déficit. La diferencia puede estar en cómo se afronte la situación. Tal vez aquella vez no explicamos lo suficiente el cuadro dramático que recibíamos porque deseábamos una rápida recuperación. No hay que caer en el mismo error ahora. Hace falta un gran sinceramiento. La gente tiene que comprender la responsabilidad de quienes dejaron el país en estas condiciones.

– ¿Cuáles fueron para usted las claves del triunfo de Macri?

– Hablar con claridad, con modestia, sin agresiones. Muchos deseábamos que dijera cosas más fuertes y más claras, pero él se manejó así. La gente no quería seguir con la pelea. Desde luego ayudó mucho el desastre en el que venía desenvolviéndose el Gobierno derrotado.

– ¿Usted considera que Macri ganó las elecciones por peso propio o impulsado por el llamado «voto bronca»?

– El voto fue positivo. Descarto el voto bronca. Entre las dos alternativas, la gente quiso salir de la opresión para buscar una camino nuevo.

– ¿No genera desconfianza en un sector de la población el hecho de que muchos de los funcionarios del nuevo Gobierno provengan del ámbito empresarial? ¿O que se lo relacione a Macri con el mundo de los negocios?

– Él (Macri) en realidad viene de un largo tiempo de gobierno en la Ciudad. La historia de la empresa quedó atrás. No agitemos fantasmas. Al fin y al cabo, los Kirchner también venían de un gran conjunto empresario ultra-poderoso del cual no querían hablar. Macri ha mostrado en el Gobierno de la Ciudad sus valores, su consideración a todos los sectores sociales. Eso es lo que vale y se va a ver sobre la marcha. Además integra un equipo de gente que no puede señalarse por lo mismo. No es un equipo de Gobierno empresarial.

– ¿Considera que Macri está en condiciones de unir al país y terminar con la llamada «grieta»?

– Él se ha mostrado como un Presidente con los pies en la tierra y con un mensaje de convocatoria a la unidad, al diálogo, a las buenas maneras y a terminar con los enfrentamientos.

– ¿El hecho de que Macri no haya ganado el balotaje por una mayor diferencia puede afectar la gobernabildiad?

– Al final no, porque en esto la cuestión es ganar. Pero hay algo pendiente. No se ha dado una explicación razonable de por qué se redujo la diferencia de diez puntos a favor de Macri a nada más que tres (…) Tuvo efecto político, porque hablan de casi empate y eso debilita al Gobierno que ganó. Me parece que hubo una burla a los argentinos.

– ¿Qué rol cree que va a desempeñar el peronismo como oposición en la Nación por primera vez desde 2001? ¿Qué consejos le podría dar a Macri en ese sentido?

– Lo digo desde mi experiencia, hay que cuidarse y estar atentos para defender las instituciones republicanas. A todos los que lo acompañen, ser solidarios, cualquiera sean las dificultades que se presenten y no abandonar el barco en cualquier momento. Y respecto al peronismo se trata de saber cuál. En los días que me tocaron a mí, había una diferencia entre el peronismo de la provincia de Buenos Aires, ansioso por tomar el Poder, y el peronismo del interior, que acompañó en silencio. Había un peronismo que en aquellos días ejerció la violencia. Lanzaron gente a la calle a asaltar supermercados, empezaron a pedir la renuncia del Presidente y así desestabilizaron las instituciones. ¿Cuál fue el resultado? Que el que había perdido la elección de 1999 (Eduardo Duhalde) se quedó con la Presidencia. ¿Para qué? Para dejarnos la herencia del kirchnerismo.

– ¿La alianza entre el macrismo y el radicalismo llegó para quedarse o se trata solamente un acuerdo electoral?

– Prefiero no hablar de «alianza» para evitar la comparación. Lo que se muestra es que hay un radicalismo que no está reclamando repartos de posiciones ni pidiendo cargos sino que está poniéndose a disposición de lo que haga falta. Esa debe ser la posición positiva que hay que mantener: de acompañar en todo el esfuerzo que se lleve adelante.

– Carrió es considerada como la arquitecta del frente Cambiemos. ¿Usted la ve como una figura positiva dentro de la política o como una dirigente corrosiva, que lo que construye se encarga después de un tiempo de destruirlo?

– Todo compromiso es positivo y ella lo tiene. No fue la arquitecta. La arquitectura correspondió a Macri. Lo que hizo Carrió fue abrir la avenida para que fuera posible. Ojalá que la doctora Carrió actúe con sensatez.

– ¿Cómo analiza la decisión de Ernesto Sanz, que tras haber sido una pieza fundamental del acuerdo, resolvió bajarse del barco?

– Esto Ha causado desaliento en el PRO, en el radicalismo y en la gente supongo porque tiene una buena opinión de Ernesto Sanz.

– ¿Qué rol se imagina que va a querer desempeñar Cristina Kirchner a partir del 11 de diciembre?

– No se trata de lo que ella quiera sino de lo que ella pueda, es decir, de lo que el conjunto del peronismo le permita. No se olvide de que el peronismo aparece dividido entre el peronismo kirchnerista, el grupo de La Cámpora que no sé qué participación tiene en la estructura política, los gobernadores, los intendentes justicialistas (…) Que ella haya sido la jefa no quiere decir que continúe siéndolo. Además, en el peronismo no hay nada peor que la derrota. Ella encarnó la derrota en las últimas elecciones. Fue protagonista de la campaña, de los lineamientos y de las candidaturas.