El presidente Alberto Fernández reiteró esta mañana que en la Argentina no hay «presos políticos» y aseguró que le «molesta que digan» que hay dirigentes en esa situación. Además, aseguró que «no escuchó» lo que dijo la vicepresidenta Cristina Fernández este fin de semana sobre la negociación de la deuda.

«Me molesta que me digan que tengo presos políticos porque no los tengo», advirtió el mandatario nacional. En medio de la polémica interna del Frente de Todos sobre los presos políticos, Fernández señaló: «Tenemos que ser prudentes porque en el mundo escuchan lo que discutimos acá». 

Fernández aseguró que en la Argentina, no hay «nadie detenido sin causa a disposición del Poder Ejecutivo», condición necesaria para que alguien sea definido como «preso político».

«Hay que decirles a los compañeros que no sean tontos. Lo que quieren es hacernos pelear entre nosotros, dividirnos. Todos sabemos lo que hizo la Justicia y el primero que lo hizo fue Alberto Fernández», destacó el jefe de Estado.

El Presidente consideró que «es una discusión tan innecesaria» la que se da alrededor de los «presos políticos». «Si hay alguien que cuestionó los procedimientos judiciales fui yo», resaltó el mandatario nacional y agregó: «¿Qué parte no entienden?».

«El preso político es el que técnicamente está a disposición del Ejecutivo. No tengo a nadie preso sin causa», enfatizó el Presidente. La discusión surgió semanas atrás, cuando Fernández dijo por primera vez que consideraba que en el país no había «presos políticos», pero sí algunas «detenciones arbitrarias».

Esa declaración generó críticas de los organismos de derechos humanos y ministros como la de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, y el del Interior, Eduardo de Pedro, afirmaron que Sala es una «presa política». En tanto, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, se sumaron a la postura del mandatario nacional y señalaron que no hay dirigentes en esa situación.

Consultado además sobre las declaraciones realizada por  Cristina Fernández de Kirchner en relación a la deuda externa, al cuestionar al FMI y los organismos de crédito por haber «violado su normativa interna» respecto de no otorgar préstamos que permitan la fuga de capitales. “No fueron préstamos para hacer represas o carreteras” sino “para que se fugara el dinero”. En ese sentido, la vicepresidenta ser refirió a que si no se se puede hacer una quita porque el estatuto lo prohibe, tampoco se debería haber prestado dinero para fugar capitales. 

En ese sentido, el Presidente aseguró no haber escuchado lo que dijo Cristina en Cuba y aclaró que el diálogo con el FMI y los acreedores privados tiene que desarrollarse «con mucho cuidado».

«Con el Fondo estamos empezando a hablar. Yo no sé si Cristina estaba hablando específicamente del Fondo o de los acreedores privados.

Fernández sostuvo que, de todas maneras, «son negociaciones que recién empiezan, hay que darle tiempo, como toda negociación hay que hacerla con prudencia mediática como digo siempre, con mucho cuidado. Esta semana viene la representación del Fondo para trabajar con nosotros y veremos allí cómo vamos avanzando».

En ese sentido, destacó el apoyo del Papa Francisco para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no le exija a la Argentina un cronograma «imposible», tal cual lo dijo el religioso la semana pasada en un seminario en el Vaticano.