Las nuevas tecnologías utilizadas en beneficio de las personas suelen sorprendernos por sus resultados y por su eficacia. Pero cuando se utilizan en desgracia de la sociedad pueden tener resultados catastróficos. En Argentina se va a utilizar por primera la transmisión tecnológica de los telegramas, que provoca una gran oposición.

El ingeniero electrónico y en telecomunicaciones, graduado de la Universidad Tecnológica Nacional, Ariel Garbarz, viene denunciando hace un tiempo la mala utilización de las nuevas tecnologías, esta vez en perjuicio de la fiesta democrática que se desarrolla cuando un país elige sus autoridades ejecutivas.

En dialogó con Conclusión, Garbarz expresó su descontento por la utilización de un nuevo software que va a ser el responsable de trasmitir la información proporcionada por los fiscales y presidente de mesa el día de la votación, una vez cerrados los comicios a las 18 de la tarde.

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Al consultarle cuál sería la preocupación sobre este nuevo programa, el ingeniero dijo que «estamos muy preocupados porque por primera vez en la Argentina se va a utilizar transmisión electrónica de los telegramas de las urnas de 15.000 escuelas de todo el país para las elecciones nacionales y esta trasmisión electrónica que va a ir desde las escuelas hacia el centro de cómputos del Correo Argentino va a utilizar un software especial que en su documentación técnica indica que el comprador del programa tiene la posibilidad de transformar y manejar esos telegramas«.

 

Sobre el funcionamiento de este software, Garbarz explicó que «es un recurso que te ofrece el mismo propietario del software. Y además esto implica que el voto deja de ser secreto porque para transformar o manipular los votos primero hay que mirarlos y después es absolutamente inconstitucional porque el voto que es secreto, obligatorio y universal y pierde esa características y la voluntad del ciudadano queda a merced de lo que decida el gobierno nacional realizar con este software».

«El sistema está diseñado para modificar los telegramas que confeccionan los presidentes y vocales de mesa al terminar las votaciones a las 6 de la tarde y que antes desde el interior del país se mandaban por fax o se escaneaban directamente sin que intervenga un software en el medio de la trasmisión», expuso el ingeniero.

El voto, que es secreto, obligatorio y universal, pierde esa características

Garbarz agregó: «Este software interviene en el medio antes de que llegue al centro de cómputos, es decir, es una herramienta tecnológica que desarma y desvirtúa el sentido de la democracia«.

Una situación de estas dimensiones debe ser denunciada oficialmente. Al respecto, y al ser consultado, el ingeniero aseveró que «hay un fiscal que esta investigando esto, desde la fiscalía número 1 con competencia electoral. Esto es muy grave. Lamentablemente la dirigencia política opositora no ha reaccionado, salvo pedir explicaciones al Ministerio del Interior y dependemos de la Cámara Nacional Electoral que es la máxima autoridad para que frene esto y en última instancia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación».

 

«La Cámara Nacional Electoral en su última acordada dijo que no es de su competencia las soluciones tecnológicas que implemente el Ministerio del Interior, es decir hasta ahora se está lavando las manos respecto de la utilización de este software. Esperemos que las presentaciones judiciales que realicen los apoderados y representantes de los diferentes partidos políticos les haga cambiar de opinión y realmente tomen carta en el asunto», expresó el ingeniero en telecomunicaciones sobre las investigación y las denuncias realizadas.

Sobre la utilización de las nuevas tecnologías en perjuicio de la sociedad, Garbarz exclamó que «es el peor ejemplo de todos. Es el momento más importante de un sistema democrático, cuando elegimos a nuestros gobernantes. Y ahí es cuando la tecnología lo que termina haciendo es cibercolonizandonos, es decir, a través de la tecnología directamente deciden quienes nos van a gobernar. La democracia se cae totalmente«.

Y finalizó: «Con estas herramientas tecnológicas no necesitan golpes de Estado ni sacar los tanques a la calle. Basta con elegir un software que decida por todos nosotros quienes nos van a gobernar».