Sonia y su hija A, tienen una rutina. A A le gusta observar las calles desde la puerta y el ir y venir del barrio y los vecinos. Su mamá trata de permítirselo para que se entretenga un poco mientras ella cocina o se ocupa de la casa. A ya tiene 18 años, pero como dice Sonia, es «especial», tiene un retraso mental piscomotriz y se desenvuelve como si fuera una nena de mucha menos edad. «Tenemos esta secuencia,  para que ella pueda estar un rato en la puerta, cada cinco minutos la llamo y le pregunto si está bien. «¿Estás ahí?» y cuando me contesta que sí, que está bien, me quedo tranquila«.

El lunes a la nochecita Sonia y su hija repetían la misma rutina. «Yo estababa haciendo torta fritas, estaba todo bien, hasta que en un momento dado, no me contestó. Entonces fui hasta la puerta y no estaba. En seguida le dije a mi otra hija que se cruce a ver si estaba en la casa de la tía, que viven bien enfrente. Y tampoco estaba ahí», relató la mujer a Conclusión.

Con desesperación, ella y su otra hija salieron a buscar a A por todo el barrio. «Cuando llegamos al kiosquito nos dijeron que habían visto que nuestro vecino, un chico que vive bien al lado de mi casa, se la estaba llevando a un lugar ahí, que está apartado y muy oscuro. Fuimos corriendo hasta allá y la encontramos ahí paradita y sola»

Cuando Sonia le preguntó que hacía allí, A contestó que la había llevado el «Chanchi», como le dicen en el barrio a Maximiliano E. «Me dijo que me iba a comprar chicles pero me hizo mal», le dijo la joven.

«Le dije a mi nena que la lleve a casa y yo me fui a buscarlo a este Maxi por todos lados. No lo encontré y volví al baldío, y lo veo que estaba escondido ahí, en la oscuridad. Entonces le empezamos a preguntar que le había hecho a mi hija, pero el decía que nada y negaba todo».

Con ayuda de la hermana de A, Sonia llevó al joven de vuelta, hasta la zona de las viviendas «Cuando estoy llegando a casa, empiezo a escuchar los gritos de mi hija, que lloraba y repetía mamá me hizo mal, me duele, llevame al hospital».

A partir de allí, empezó el derrotero, la denuncia en la comisaría, el traslado a la Comisaría de la Mujer, los estudios hasta altas horas en el Hospital Centenario, y el regreso al hospital al día siguiente para completar todos los análisis exigidos legalmente.

Esa noche, Maximiliano E. fue detenido y este jueves fue sometido a audiencia imputativa.

Pero, según el relato que hizo Sonia a Conclusión, el joven ya estuvo varias veces detenido y «siempre sale». «Creo que estuvo preso por robo, y ahora estaba con domiciliaria o algo así. Y mi miedo más grande es que ahora vuelva a salir, como siempre y todo esto quede en la nada», expresó con angustia la mamá de A. «Yo lo único que pido es Justicia para mi hija».

Audiencia imputativa

Maximiliano E. permanece detenido y en las primeras horas de la tarde de este jueves se concretó la audiencia imputativa en el Centro de Justicia Penal de Rosario, donde se le dictó prisión preventiva efectiva por el plazo que establece la ley. 

El fiscal Ramiro González Raggio le atribuyó delitos contra la integridad sexual con acceso carnal, mientras que se lo imputó bajo los cargos de abuso sexual con acceso carnal en calidad de autor.