Unos 20 femicidios y femicidios vinculados de mujeres mayores de 60 años se registraron en el país durante el año pasado, según un informe del Observatorio de Femicidios en la Argentina.

En ese sentido, el principal sospechoso de estos crímenes es el esposo o pareja en el 40% de los casos; el hijo, 20%; ex yerno, 15%.

Respecto de la modalidad del crimen, el 40% de las adultas mayores fueron baleadas; y el 15%, apuñaladas, al tiempo que la vivienda de la víctima o la compartida son los lugares donde se perpetró el 85% de estos femicidios.

Así se reveló en un informe del Observatorio de Femicidios en Argentina «Adriana Marisel Zambrano», coordinado por la Asociación Civil «La Casa del Encuentro», publicado por el Diario Popular.

Los datos son recopilados de las agencias informativas y 120 diarios de distribución nacional y/o provincial, así como el seguimiento de cada caso en los medios.

El término femicidio «es la denuncia de la naturalización de la violencia sexista» en la sociedad, siendo «una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, el asesinato cometido por un varón hacia una mujer a quien considera de su propiedad».

El área de investigación de La Casa del Encuentro desarrolló el término femicidio vinculado «partiendo del análisis de las acciones del femicida, para consumar su fin: matar, castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre quien ejerce la dominación».

Se registran dos categorías: personas que fueron asesinadas por el femicida «al intentar impedir el femicidio o que quedaron atrapadas ‘en la línea de fuego'»; y personas con «vínculo familiar o afectivo con la mujer que fueron asesinadas por el femicida con el objeto de castigar y destruir psíquicamente a la mujer».

«Naturalización del maltrato»

En declaraciones a Diario Popular, la presidenta de «La Casa del Encuentro», Ada Rico, advirtió que las mujeres mayores «sufrieron toda la vida violencia de género» y señaló que «hay una naturalización del maltrato» dado que fueron criadas en una época donde «la mujer estaba en un lugar de sumisión, de sometimiento».

«Hay que hacer mucho hincapié en este tema y visibilizarlo para decirle a las mujeres mayores que no importa le edad que se tenga porque se puede salir del círculo de violencia», afirmó Rico.

Además, agregó: «Es fundamental que entiendan que no es culpa de ellas, porque esto lo repetimos siempre en todas las edades, pero en el caso de las adultas mayores hay todo un entorno social y de amistades donde se encuentra cierto cuestionamiento a cómo y por qué quiere terminar la relación, si construyeron toda la vida juntos, y esto hay que desandar».

«Partimos del análisis que las mujeres mayores vivieron toda una vida de violencia, hay vulnerabilidad y una naturalización total y absoluta. Los hombres se creen con derecho a… Y a nadie se le ocurría terminar una relación. Pero no importa la edad que una tenga, se puede salir», remarcó.