La justicia de Rosario imputó con prisión preventiva al actual jefe de la barrabrava de Newell’s Old Boys y a otros cinco integrantes por planificar y ejecutar a tiros en 2021 a Nelson “Chivo” Saravia, quien era el entonces líder, para quedarse con el manejo de la barra rojinegra, informaron hoy fuentes judiciales.

Otros cinco miembros de la barrabrava del club de fútbol rosarino, Kevin Nahuel Jambrina, Alexis Brian Dihler, Salvador Esteban Alegre, Juan Manuel Arévalo y Jonatan Ezequiel Burgos, recibieron la misma imputación y a todos se les dictó la prisión preventiva por el plazo de sesenta días.

Los imputados, al igual que otro miembro anteriormente acusado, identificado en la investigación a cargo del fiscal Matías Edery como Guillermo Manuel Sosa (41), alias “Ojitos” o “Chupa”, están acusados de haber planificado y ejecutado el crimen del anterior jefe de la barra Leprosa, “Chivo” Saravia, el 23 de octubre de 2021 en su casa de la calle San Nicolás al 3.700.

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Según la acusación del fiscal Matías Edery, el 23 de octubre un grupo de 20 personas se reunió en el domicilio de la calle Garibaldi al 3.300 para planear la agresión. De acuerdo con lo informado por el fiscal en la audiencia, “en esa vivienda se organizó la logística del hecho, se prepararon los vehículos, se repartieron las armas, se cambiaron de ropas y se designaron los roles de cada uno de los partícipes”.

Para Edery, “este evento se enmarca en un hecho cometido a consecuencia de la sucesión de la barrabrava de Newell’s, respecto de lo cual todos los imputados forman parte”. Añadió que, en ese contexto, Ficcadenti y Sosa “tienen incidencia directa por ser líderes de una de las facciones” y acusó a ambos “de organizar toda la logística del hecho criminal”.

Según la investigación, el grupo salió de la vivienda donde se habían reunido poco después de la hora cero a bordo de al menos dos vehículos, uno de ellos un Peugeot 308 , y arribó a las inmediaciones del domicilio de la víctima. Allí descendieron al menos cuatro personas que se dirigieron a la puerta de la vivienda, la abrieron a patadas e ingresaron armadas. Ya en el interior encontraron a la pareja de la «Chivo» y le preguntaron a los gritos dónde estaba Nelson, aunque ante la falta de respuesta de la mujer se dirigieron a unos de los dormitorios donde lo encontraron y le dispararon hasta matarlo.

Siempre según la investigación, los atacantes regresaron al domicilio de la calle Garibaldi al 3.300, donde se cambiaron de ropas y dejaron las armas.

En la causa se estableció que todos celebraron el hecho y comentaron detalles de cómo había cumplido cada uno los roles asignados, lo que quedó registrado en una cámara interna de seguridad que tenía la vivienda y que resultó ser la prueba clave que presentó el fiscal en la audiencia de imputación en los que fueron imputados.