A la búsqueda del cuerpo de Paula Perassi, que se encuentra llevando el Equipo de Antropología Forense  desde abril pasado, fueron incorporados el último miércoles,  cinco perros rastreadores, que participaron del rastrillaje que se realizó en una cava ubicada en el norte de Puerto General San Martín, y  ya marcaron tres zonas puntuales que empezaron a ser excavadas.

Los animales son especialistas en rastrear cadáveres y forman parte  de las brigadas de bomberos voluntarios de San Carlos y Villa Gobernador Gálvez. El  antecedente más difundido de los mismos es la participación en la tragedia de calle salta 2141 en 2013.

Por sus característica y particular entrenamiento,  los perros tienen una gran capacidad para poder encontrar cualquier indicio cadavérico entre escombros, residuos o bajo tierra.

Juan Nóbile, integrante del equipo de Antropología forense, en diálogo con la prensa, explicó que los animales marcaron tres zonas, lo que “implica que en esos lugares puede haber algún tipo de resto humano”.

El trabajo de búsqueda se extenderá por varios meses más. Como indicó Nóbile, el lugar dónde se realiza el rastrillaje es un pozo de grandes dimensiones, con una profundidad de 12 metros y una extensión de 100 x 100 metros. El mismo fue cavado entre 2006 y 2007 y luego rellenado con basura.

«La cava fue tapada. Si hubiesen venido hace tres años el trabajo duraba una semana. Hoy llevamos dos meses y calculamos que vamos a tardar por lo menos tres meses más”, explicó Nóbile. “Son unas nueve horas diarias de trabajo revisando cada uno de los residuos allí tirados», y además indicó: «ningún imputado en el caso dio un dato firme y eso también nos complica la búsqueda».

El antropólogo consideró que «el trabajo de los perros fue muy positivo”, y detalló que  «los perros revisaron toda el área y sumaron nuevas zonas para rastrillar en el sector de La Ribera».

Esta semana al equipo se incorporará un experto criminólogo de la Corte Suprema de la Nación, enviado por la Secretaría de Seguridad, cuya tarea será revisar punto por punto la causa, desde sus inicios, buscando irregularidades y delineando nuevas estrategias investigativas.

Además, la Gendarmería Nacional aportará un georradar que, se estima, llegará la próxima semana.

Nóbile explicó que se trata de “una máquina similar a una cortadora de césped que se pasa por el terreno. Trabaja a partir de ondas que emite el aparato, pueden detectar anomalías o elementos extraños que estén enterrados. Es un lector de subsuelo que se usa para detectar movimientos de tierra».

Paula Perassi desapareció el 18 de septiembre de 2011. La causa judicial, luego de varios años de idas y venidas, en los cuales se sospechó de la participación de funcionarios policiales para encubrir a los presuntos asesinos de Paula,  tuvo un importante vuelco en mayo último cuando, a pedido de los fiscales Donato Trotta y Ramón Moscetta, el  juez Juan José Tuttau ordenó la detención de nueve personas.

Según la investigación llevada adelante por los fiscales,  estas personas habrían participado en el secuestro de la mujer para  obligarla a realizarse un aborto, el cual,  se presume, le habría ocasionado la muerte,  y luego, se encargaron del encubrimiento del crimen.

Entre los detenidos se contaron dos altos jefes policiales, tres agentes de policía de la Unidad Regional XVII de San Lorenzo, quienes posibilitaron que se desvíe la investigación y el encubrimiento,  el empresario Gabriel Strumia, presunto amante de Paula, que ya había estado detenido e imputado en la causa, Roxana Michl, la mujer del mismo, Antonio Darío Díaz, mano derecha de Strumia, timbuense, quien también estuvo detenido tiempo atrás y Mirta Rusñisky, indicada como la persona que consumó el aborto en la localidad de Timbúes.