Foto: Venado24

 

A raíz del femicidio de Marina Espíndola en Murphy días atrás, el Gobierno de la provincia, a través del Ministerio de Seguridad, dispuso el pase a disponibilidad del comisario Cristian Ataide de la comisaría de la localidad santafesina, el subdirector de Policía Cristian Rotela, jefe de la Unidad Judiciales y de la Psicóloga Rosalía Kobila de medicina legal.

Al parecer la mujer había realizado varias denuncias de hostigamiento y maltrato psicológico en la sede policial antes del crimen. Además, el crimen se cometió con el arma reglamentaria del homicida -un policía de Melincué-, que no podía tener en su poder, a partir de una orden judicial.

Luego de conocerse los hechos, un grupo de mujeres se manifestó en la puerta de la comisaría para expresar su bronca por el accionar de los funcionarios. En el lugar realizaron pintadas y afirmaron que la Policía desoyó las denuncias de la mujer.

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El Ministerio de Seguridad, entonces, abrió una investigación y corrió de sus funciones al personal policial de forma preventiva, para seguir con el proceso investigativo y administrativo para el esclarecimiento del caso. La oficial María Laura Martinotti quedará a cargo de la comisaría de Murphy y la oficial Gorostiaga Paola de subjefa.

A su vez, la subsecretaria de Bienestar policial y Género, Natacha Guala, la directora de Género Noelia Figueroa y la subsecretaria de Políticas de seguridad pública, Jassi Capitanelli, establecieron una mesa de trabajo en conjunto con el equipo local de la comuna de Murphy, y programaron una capacitación con perspectiva de género para la toma de denuncias para el personal de la comisaría.

El crimen

Marina Espínola, de 42 años, fue asesinada por su ex pareja, un policía, oriundo de Murphy, que prestaba servicio en Melincué. Tras el crimen, el agresor, se disparó en la boca y falleció poco después en un hospital de Venado Tuerto.

El hecho ocurrió en horas de la madrugada de este martes, en una vivienda ubicada en calle Ricordi al 100, donde vivía la mujer con sus tres hijos. Alrededor de las dos, Gabriel Robles se dirigió a la casa y abrió fuego contra su ex mujer, que falleció en el momento. Acto seguido, se dio un tiro en la boca.

Con restricción judicial

El asesino tenía prohibición de acercamiento a la mujer por una medida judicial tras las denuncias de Espínola por hostigamiento. Sin embargo, no cumplió la medida y se dirigió a su domicilio para cometer el crimen.

Otra medida dictaminada por el fiscal Horacio Puyrredón fue quitarle su arma reglamentaria. Aunque el homicidio se cometió con ese elemento, por lo que se investiga si la Policía de Santa Fe, responsable de administrar las armas, cometió alguna irregularidad al permitir el uso del arma por parte del policía.