En un operativo policial articulado entre la Policía Federal Argentia y la Policía de Buenos Aires denominado “Corona Web”, y tras una intensa investigación realizada durante varios meses por la división “Delitos Cibernéticos Contra la Niñez y Adolescencia”, se logró desarticular  una red internacional que producía y comercializaba pornografía infantil a partir de más de un centenar de allanamientos siultáneos en seis provincias argentinas, y en Europa y Estados Unidos y el secuestro de gran cantidad de material electrónico.

De los 110 procedimientos realizados en la Argentina, 32 fueron en territorio bonaerense, 9 en la ciudad de Buenos Aires y el resto en  Córdoba, Salta, Santiago del Estero, Río Negro, Santa Fe y Tucumán. Otros tanto se llevaron a cabo en, Perú, Colombia, Chile Perú y Ecuador. La causa también impulsó investigaciones sobre conexiones en Estados Unidos, España y Portugal.

Según informaron los voceros de la Policía Federal, las pesquisas comenzaron meses atrás a través del análisis de una págin web, cuya ubicación estaba en Berazategui, y se logró determinar la conexión con diversos grupos de Whatsapp en los que participaban personas de más de 35 países en los que se compartía  mensajes y archivos de pornografía, contenidos para adultos e intercambio de contenidos gráficos relacionados con el abuso sexual de menores de edad a través de imágenes y videos.

Fue así que la división de delitos tecnológicos de PFA y la dirección Criminología y Victimología de la PBA pudieron reconocer a diez grupos de éstos. A partir de ello iniciaron el rastreo a través de las empresas de telecomunicaciones, de la consulta de bases de datos institucionales, de los aportes del Registro Nacional de las Personas y de una importante actividad de detección de los perfiles de usuarios en fuentes abiertas.

A partir de las pruebas recabadas, el fiscal Ernesto Ichazo, de la Unidad Federal Nº1 libró las ordenes de allanamiento en los que se secuestraron gran cantidad de notebooks, cámaras fotográficas digitales, discos rígidos, pendrives, tablets, netbooks, tarjetas de memoria y teléfonos celulares, además de material pornográfico infantil producido por los involucrados.