Por Iris Speroni para argentinatoday.org

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires decidió cerrar la comisaría ubicada en Suipacha 1156 (casi esquina Santa Fe) y la trasladó a la zona portuaria, Av. Ramón Castillo 13. La ex comisaría de Suipacha se transformó en una de “temas de género” o violencia contra las mujeres.

Varias consecuencias. Varias decisiones erróneas.

La comisaría de género no se situó en el epicentro del problema. Cabe aclarar que el mapa del delito de la Ciudad no incluye la violencia doméstica, lo cual fue exigido por los bloques de FdT, VJ y UCR-Evolución en el 2020.

Esto implica que una mujer, además de que el marido la muela a golpes debe subirse a un colectivo y viajar por una hora para hacer su denuncia. Para llegar a una de las zonas más inseguras de la ciudad (según el propio mapa del delito del gobierno de la Ciudad), con el riesgo de que le arrebaten la cartera. Sobre llovido, mojado. El gobierno de la ciudad siempre al servicio de la incomodidad del ciudadano.

El gobierno redujo la cantidad de comisarías, de 54 de la Policía Federal a 43 de la policía de la ciudad.

La Comuna 1, según el anuario estadístico de la ciudad, 2019, página 247, cuenta con la mayor cantidad de delitos – incluido asesinatos – de toda la ciudad. A esta comuna los políticos eligen desamparar.

El gobierno dejó al barrio de Retiro sin comisaría. Es un barrio con población de gran edad, jubilados y pensionados, tal como ha quedado demostrado en el último censo.

Es el barrio donde se sufrió el primer gran atentado luego de la asunción de Alfonsín: la voladura de la embajada de Israel (luego superado por la bomba a la AMIA).

El barrio desde hace dos años se ha visto inundado de ladrones, arrebatadores, mendigos agresivos en su exigencia de dinero, motochorros, etc. Han limpiado con todos los bronces del barrio ante la mirada impertérrita de los agentes policiales.

En ese contexto, el gobierno de Larreta ha mudado la comisaría al puerto. Esto hace que un jubilado que vivía a una cuadra de la comisaría ahora tenga que cruzar Libertador, y luego caminar diez cuadras, cruzar el Paseo del Bajo, lleno de camiones o en su defecto escaleras irremontables, etc. En una zona hostil en el mejor de los casos. Si no lo robaron en la puerta de su casa, seguro que lo harán en el trayecto a la comisaría.

Según el anuario estadístico, es la zona más peligrosa de la ciudad, seguida por Barracas. No es de extrañar, porque está abandonada de la mano de Dios, y mucho más de la mano de las autoridades. Dealers a toda hora, pelea de drogones y borrachos a las tres de la mañana, hurtos y robos de todo tipo, en fin, zona liberada.


No es algo que empezó con la administración de Larreta, todos recordamos al fotógrafo asesinado frente al Cenotafio de los Caídos de Malvinas, con Garré como ministra de seguridad de la Nación. Lamentablemente, la administración PRO lejos de mejorar el servicio de seguridad, lo ha empeorado.

Hay una anécdota graciosa, que no hace a la cosa, pero sirve para mostrar que los políticos viven en otro planeta. Hace más de un año atrás funcionarios del gobierno de la ciudad hicieron propaganda y se pasearon por todos los canales de TV. Exhibieron sus cámaras de seguridad y su programa de reconocimiento facial. Le hicieron una entrevista por TV a Santilli y a otro funcionario en una vereda, a dos metros de la boca del subte en Retiro. Hablaba del delito y todas las maravillas que el sistema nos proveería. Justo, justo, a seis metros de un local que vende droga, con innumerables denuncias de los vecinos. Santilli hablaba de seguridad con el transa de fondo. Maravillosos. Por supuesto, el paraguayo sigue en su lugar con su próspero comercio.

Comuneros

Los vecinos han protestado por la mudanza de la comisaría, la cual estaba ahí antes de que el PRO gobernara y que ha sido pagada con nuestros impuestos.

Mientras los comuneros cobran su sueldo a fin de mes y no se ocupan – en lo más mínimo – en representar a sus representados sino que le rinden pleitesía a quien los haya puesto en la lista.

Intencionalidad

Una mirada sobre este asunto podría ser que el gobierno de Larreta está integrado por incompetentes. Ése es el juego de Larreta. Mostrarle al mundo cuán inútil es en la más mínima gestión. Nada funciona en la ciudad. Los subtes son escasos, sucios e inseguros. Los hospitales están abandonados, redujeron la cantidad de comisarías y los agentes están en la calle jugando con sus celulares y nunca ven nada, la justicia de la ciudad tiene un observatorio de género, pero de las usurpaciones (delito de competencia municipal) muy diligentes no son. Y todo así.

Pero en el caso del Microcentro y el Barrio de Retiro (un triángulo que comprende Santa Fe, Carlos Pellegrini, Libertador, e incluye la Plaza San Martín), pareciera que es a propósito.

Yo elijo pensar que es adrede. ¿Pruebas? Ninguna.

Sospecho que la administración desea echar a los vecinos, en su mayoría gente anciana. Tal vez para convertirla en una zona de oficinas o para cualquiera de los desarrollos inmobiliarios que tanto apasionan a Larreta. Porque ha llenado a propósito de delincuentes y pordioseros las calles y plazas. Vive gente frente a Cancillería (además de ser un lugar de venta de drogas, a 50 metros del Palacio San Martín) y duermen muchas personas en Plaza San Martín y en las recovas de Av. Libertador.

El barrio tiene destino de piqueta.

Todo este accionar de los funcionarios públicos genera un perjuicio cierto en los propietarios. Baja el valor de sus propiedades, tal vez para que los amigos compren barato. Por la razón que sea, genera perjuicio.

Esperemos que haya abogados prestos a defender a los vecinos de la máquina de destruir que es el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Futuro

Muchos porteños les dijimos a los argentinos lo que sabíamos de los ocho años de gobierno de Macri en la ciudad: subió impuestos, nos endeudó, vendió propiedades del estado y gastó fortunas en banalidades. Lo mismo que hizo en Nación cuando asumió en 2015.

Larreta se autopostula como próximo presidente para 2023. Por favor, escuchen a los porteños, que lo sufrimos desde hace 14 años.

Larreta es proclive a los slogans. “Buenos Aires la ciudad de todos” (menos para los que viven acá y pagan impuestos), “Buenos Aires capital del turismo”, donde asesinar turistas es un deporte.

No dejemos que este hombre destruya nuestro patrimonio mientras incrementa el propio.

Pedido

Retrotraigan la decisión. Construyan una (o varias) comisarías para la violencia doméstica, si creen que es necesario, pero devuelvan la comisaría 15 a los vecinos. Para el bien de todos y mal de ninguno.