La Cámara de Apelaciones de General Roca, Río Negro, dejó sin valor la autorización para cultivar cannabis que había conseguido una familia de Las Grutas.

La familia de Joaquín Navarro, un niño de ocho años con Síndrome de Tourette que necesita de la medicina del cannabis, había solicitado en julio de 2018 un permiso para autocultivar marihuana, ya que el Estado no se las proveía.

Si bien la jueza Mirta Filipuzzi aceptó el pedido, la Secretaría de Salud de la Nación apeló el fallo y logró que los camaristas de General Roca dieran marcha atrás con la autorización.

Uno de los argumentos que presentó la Secretaría de Salud contra la familia es que no existen evidencias suficientes «que avalen que esa medicación con cannabis es la adecuada para el tratamiento de la enfermedad» que tiene Joaquín.

Su familia afirma que este medicamento elimina los tics que sufre Joaquín, propios del síndrome que padece.

Con este fallo la familia no tiene vías legales de acceder a este medicamento, dado que la ley de cannabis medicinal no garantiza la provisión de aceite y no reguló el autocultivo.

Ahora la familia tiene diez días para presentarse en la Corte Suprema y buscar nuevamente la autorización para autocultivar marihuana y generar así los medicamentos que Joaquín necesita.

La abuela de Joaquín, María Eugenia Sar, grabó un video donde explica la situación. «Nosotros sabemos que el autocultivo es la base para una terapia cannábica segura, sin embargo el Estado nos responde así, hoy nos vuelve a lanzar a la clandestinidad», expresó.

Y señaló: «Vamos a asumir los riesgos y no vamos a interrumpir la terapia de Joaquín. Sin cultivo no hay derechos».