La conmoción por la megaestafa con cheques de la empresa fantasma Dimare SRL sigue generando novedades. Este jueves el Ministerio Público de la Acusación reveló la identidad real de uno de los principales sospechoso a quien, hasta hoy, se conocía como Jonathan Mena. El verdadero nombre de esta persona es Sebastián Alonso, quien utilizaba, para las operaciones ilícitas, un documento falso.

Alonso era la cabeza visible de la empresa ficticia y el firmante de todos los cheques librados por la misma, y se desempeñaba bajo la identidad usurpada a Mena, una persona real que vive en provincia de Buenos Aires.

La Fiscalía Regional Segunda Circunscripción Rosario solicita a la población la colaboración para cualquier dato que sirviese para dar con su paradero. Cualquier dato que se pueda aportar dirigirse a Montevideo 1968 o comunicarse al 0341-4721898/99, donde se brindaran el trato y las reservas adecuadas al caso.

Sebastián Alonso tiene pedido de captura nacional e internacional, y tiene varias causas por estafas en el viejo sistema penal.

Allanamientos y detenciones

Este miércoles, una batería de allanamientos tuvieron lugar en Rosario, Pérez, Roldán y Acebal, en los cuales se secuestró numerosa documentación y fueron detenidas dos personas, Alberto C. y Mariano C., de 60 y 45 años respectivamente. Ambos detenidos cuenta con numerosos antecedentes en el viejo sistema por robos, estafas y lesiones.

Ya son cuatro las personas detenidas en esta causa y el fiscal Sebastián Narvaja no descarta nuevas detenciones. Las audiencias imputativas de los apresados ayer ser llevará a cabo el próximo viernes en los Tribunales Provinciales. Hasta tanto se realice dicha audiencia, el rol de ambos en las maniobras ilícitas se mantendrán en reserva.

La empresa Dimare SRL fue registrada legalmente, con contrato social, y fue inscripta en Afip con toda la documentación correspondiente. Además, su inscripción fue publicada en el Boletín Oficial de la provincia de Santa Fe.

Según informó en su momento el fiscal Narvaja, “con toda la documentación sacaron un paquete de productos en un banco, una cuenta corriente, la movilizaron, hicieron depósitos para generar historia de funcionamiento de esa cuenta en ese banco, hicieron compras menores y entregaron algunos cheques que en principio cubrieron y detrás eso hacían una compra superior y como esa empresa ya había cobrado un cheque de esa empresa entendía que la empresa tenía solvencia. Por otra parte alquilaron un predio, hicieron el ploteado, página de internet de la empresa, folletería. Cuando una empresa pedía referencias daban como referentes nombres de empresas reales pero no le daban el teléfono real de la empresa, le daban otro número y cuando la gente llamaba, creemos que lo atendía alguien de la banda para dar buenas referencias y que se trataba de una empresa confiable”, detalló.

Hasta el momento, con tan sólo una semana de investigaciones, puede estimarse que el fraude alcanza los 40 millones de pesos.

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