Mariano Fusero es abogado penalista, graduado en la UBA, formado en México, Suiza y Reino Unido. Es director del área Política de Drogas de la Asociación de Pensamiento Penal, docente y redactor de proyectos de ley sobre legalización del cannabis. Fusero visitó el estudio de Radio Síntesis para participar del programa Iter Criminis y se refirió a las distintas cuestiones que atraviesan la problemática de las drogas en el país y el mundo.

En Argentina, el Gobierno actual tomó como bandera la lucha contra el narcotráfico y fue uno de sus estandartes en su campaña para llegar a la presidencia de Mauricio Macri. Lo cierto es que lejos de combatir el flagelo cada vez se agudiza más. Fusero plantea el fracaso de la guerra contra las drogas porque “la diplomacia internacional y muchos países están llevando nuevos abordajes, como la regulación del Cannabis”.

Desde el inicio de los tiempos el paradigma prohibicionista se impuso para controlar las conductas humanas por lo tanto, “la historia de la humanidad con las drogas es legendaria y la prohibición también, estuvo prohibida la yerba mate, el tabaco, el alcohol, con la famosa ley seca y siempre tuvo los mismos impactos negativos para con la salud de las personas y con la seguridad urbana”.

En este sentido aseguró que “el mercado cuando se clandestiniza se vuelve violento, en la disputa por las rutas, por la distribución, por el comercio ilegal se traslada de una forma violenta, indice de homicidios, en la afección de determinadas poblaciones con desplazamientos forzados, en como financia este mercado ilegal a otras conductas delictivas, como se observa en México con el secuestro extorsivo, la extorsión a los comercios, muchas conductas que están amparadas por este sistema de clandestinidad y financiadas por el gran lucro que les brinda el narcotráfico”.

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Datos duros

“De esta cuestión prohibicionista tenemos que en consumo alrededor de 275 millones de personas consumieron alguna sustancia prohibida en 2017, dato de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, de ese total de personas, que refleja un 5,60 por ciento de la población mundial (7,500 millones de personas) sólo 30,5 millones de personas (un 11%) tienen un consumo problemático, adictivo a las sustancias. Así desmitificamos la relación que se hace de consumo con un consumo problemático”, aseguró Fusero.

En relación a la lucha de los países y distintas organizaciones internacionales contra contra las drogas, Fusero señaló que “en términos de producción es obsceno y escandaloso cómo sube constantemente la producción de sustancias. Por más que supuestamente se hagan esfuerzos internacionales para controlar este fenómeno hasta con medidas de internacionalismo geopolítico con potencias centrales como Estados Unidos, como en Colombia con el plan Mérida, en Afganistán y Panamá”, no dan los resultados esperados.

Por otro lado, “vemos que por ejemplo la producción de opio que es la sustancia de donde

deriva una de las sustancias más dañinas que está teniendo un grave problema de consumo, precisamente en Estados Unidos y en los países europeos, que es la heroína, en 2001 bajo régimen talibán que luego fue derrocado por el ataque a las Torres Gemelas y ha sido un país intervenido militarmente por la Otan. En 2001 bajo régimen talibán se fabricaban 185 toneladas de heroína, después de 16 años de intervención militar, cuando nos tratan de vender el modelo de militarización de la seguridad urbana, subieron esa producción a 10 mil toneladas y abastece al 90% de la demanda de heroína a nivel mundial, o sea, esta producción significa para Afganistán alrededor del 60% de su PBI”, indicó el especialista.

Criminalización, el hilo se corta por lo más delgado

Fusero tambien se refirió al índice de criminalización y aseguró que “también es escandaloso, es ridículo. Por ejemplo Estados Unidos tiene el 5 por ciento de la población mundial y tiene el 25% de los presos del mundo, de los cuales 50 por ciento son por delitos de drogas y de ese 50 por ciento, el 60 por ciento son afrodescendientes y latinos”.

Estos datos echan por tierra toda la retórica de los distintos gobiernos que toman la bandera de la lucha contra el narcotráfico, “es decir que toda esta cruzada bélica, que se hizo como una estrategia de control social de unas determinadas minorías, porque esa es la raíz histórica del prohibicionismo desde principios del siglo 20 que se llevó la práctica encarcelando masivamente a poblaciones latinas, a los chinos y afrodescendientes. A nivel nacional tenemos una realidad que alrededor del 60 por ciento de las causas que tiene la Justicia Federal está relacionado a la persecución de consumidores mediante la figura de tenencia para consumo personal. Figura declarada inconstitucional por la Corte Suprema hace casi 10 años en el 2009 y se sigue criminalizando a las personas con esta figura. Todos los datos son ridículos, escandalosos y fundamentan esta impresión del fracaso de la prohibición a nivel internacional”.

Consumo recreativo

De acuerdo a la legislación vigente, “el fallo que hoy nos rige es el Arriola, y a partir de allí se presentaron 25 proyectos de ley tratando de despenalizar esta figura. Desde casi todos los bloques parlamentarios ha sido bastante trasversal la necesidad de no ver a la persona que consume sustancias prohibidas como un criminal mediante la figura típica innecesaria que es tener una sustancia para su propio consumo. Nadie puede consumir una sustancia sin tenerla previamente, es una condición básica, elemental, de sentido común sin embargo todavía no se avanzó con la legislación en la materia”.

En relación a la falta de respuesta respecto de la discusión sobre la problemática, Fusero consideró que “me parece que es una cuestión de cobardía política. Estamos en un país en el que cada dos años es un ámbito electoral por lo cual estos temas y otros son tabúes y quizás hasta pianta votos para la misma política”.

Consumo y pena

“Nuestra legislación no establece cantidades en otras legislaciones del mundo es lo que se llama legislación de umbrales para tenencia, entonces en México puedes tener hasta 5 gramos de marihuana en tu poder y se presupone que es para tu propio consumo y 0,5 gramos de cocaína por ejemplo. En nuestra legislación no se establece eso entonces queda claramente a criterio de fiscales, jueces, depende de los contextos políticos, de la jurisdicción, de la bajada de línea y de muchas cuestiones que hacen también a la misma subjetividad que tienen estos operadores judiciales con el tema y la persona que tiene en el frente juzgando. En definitiva quien lleva la clientela al sistema penal es la policía y la policía como decimos los penalistas tiene un criterio de selectividad”.

“La tenencia para el consumo personal tiene una pena de un mes a dos años de prisión”, explicó Fusero, y agregó que “para la tenencia simple, que depende de un criterio discrecional y subjetivo, que es arbitraria, por lo tanto debería existir el principio de máxima taxatividad de la ley”.

Pero dependiendo de esa subjetividad de la persona que juzga “la pena se puede ir de 1 año a 6 años de prisión, y si esa persona está en un mal momento, la pena, si hay indicios de que la sustancia es para el comercio, puede ir de 4 a 15 años de prisión, teniendo en cuenta que la pena máxima para un violador es de 15 años de prisión, cualquiera de las mamás que cultivan para mejorar la salud de sus hijos, podrían recibir esta pena, lo cual es una locura”.

Mariano Fusero se explayó sobre diversos temas que tienen que ver con el narcotráfico, el lavado de dinero, la ruta de la droga y los negocios “legales” que surgen del negocio ilegal. Donde existe una prohibición nace un negocio, las causas, los intereses, complicidades y la trama oculta del negocio de la droga por la cual se benefician pequeños sectores acomodados de la sociedad y se criminaliza a los más vulnerables.