El hombre de 25 años acusado de haber asesinado a tiros el pasado jueves a Rocío Magalí González, con quien trabajaba en un local de ventas de alarmas y monitoreo de Saladillo (Buenos Aires) y que lo había denunciado por acoso y maltrato, fue detenido este martes tras permanecer casi cinco días prófugo. Los efectivos lo aprehendieron en un campo ubicado entre esa ciudad bonaerense y La Flores, informaron fuentes policiales y judiciales.

Se trata de Renzo Eduardo C., quien fue localizado pasada la 1.30 de esta madrugada en inmediaciones del campo La Vanguardia, a la vera de la ruta provincial 51, en dicha zona del sudoeste de la provincia de Buenos Aires.

Fuentes judiciales informaron que anoche hubo luna llena, lo que mejoró la visibilidad en esa amplia zona rural, donde empleados de un campo observaron a un sospechoso que pedía agua, y llamaron a la Policía ante la posibilidad de que se tratara del joven buscado.

Cuando los efectivos arribaron a La Vanguardia finalmente localizaron al sospechoso quien vestías las mismas prendas que llevaba al momento del femicidio. Tenia en su poder llevaba una pistola Bersa Thunder calibre 9 milímetros, que será sometida a peritajes aunque todo indica que sería la misma con la que cometió el hecho.

La fiscal de Saladillo que lleva adelante la pesquisa, Patricia Hortel, informó que el hombre se hallaba «un poquito deshidratado pero entero» y «con frío, ya que había pasado una helada ayer».

«Tal cual lo que veníamos afirmando en todo momento, se había dado a la fuga por la zona rural», manifestó la fiscal a los medios de prensa y detalló que fue hallado «por personal policial con la intervención de personal femenino, a la 1.30 de la madrugada», y «en poder del arma».

La funciona judicial detalló que, en su fuga, el acusado «se manejaba siguiendo el curso del agua del canal 16 hacia Las Flores, donde todo es campo», por donde se realizaron rastrillajes «con perros, dron, helicóptero y móviles» y «con la perseverancia del personal policial que estuvo atrás todo el tiempo».

Sobre si el fugitivo trató de evitar el arresto, Hortel dijo: «No estaba en condiciones tampoco de resistirse, estuvo en la intemperie, en una zona de taperas, por ahí se cobijaba en edificaciones abandonadas».

Tras su captura, el acusado fue alojado en la seccional de Rauch para evitar posibles incidentes, indicaron fuentes policiales. Cerca de este mediodía fue llevado ante la fiscal Hortel, quien en la indagatoria lo imputó de «femicidio».

El acusado, asistido por un defensor oficial, se negó a declarar ante la instructora judicial, tras lo cual seguirá formalmente detenido por disposición del Juzgado de garantías 7 de Saladillo, que ya había ordenado su captura.

El hecho ocurrió el jueves último en el local Carletti Servicios, una firma dedicada a la venta de sistemas de alarma y monitoreo de viviendas, ubicado en la calle Frocham 2832, de esa ciudad del suroeste de la provincia de Buenos Aires.

Según las fuentes consultadas por Télam, el hombre llegó al local fuera de su horario laboral, cerca de las 14, y se dirigió directamente a un cuarto donde se realizan los monitoreos de las cámaras de seguridad y en el que trabajaba Rocío.

Sin mediar palabra desenfundó una pistola Bersa calibre 9 milímetros y disparó al menos siete veces en dirección a González, quien fue herida de gravedad.

Tras el ataque, el joven escapó, mientras que la víctima fue trasladada al sanatorio local, donde falleció.

Voceros judiciales indicaron que la víctima había realizado una denuncia contra el acusado a fines del 2022 y otra en mayo de este año por maltratos, acoso laboral y violencia psicológica.

«Las denuncias fueron realizadas en la comisaría de la mujer, pero fueron ante el fuero civil, no penal, por eso las actuaciones se derivaron a un Juzgado de Paz, que tomó medidas cautelares», explicó a la prensa la fiscal Hortel.

Una de las medidas adoptadas fue el cambio de horario de trabajo para evitar que se cruzaran en el local y, además, voceros policiales indicaron que existía entre ambos un perímetro de restricción de acercamiento.

En tanto, los investigadores reconstruyeron que el imputado llegó y se fugó de la escena del crimen en una moto de 110 cilindradas, que luego abandonó en un campo a unos diez kilómetros y que, desde allí, siguió la fuga a pie.

Por otro lado, Mariana González, una tía paterna de la joven asesinada, contó a la prensa que el ahora detenido amenazó dos días antes del crimen a Rocío diciéndole que «disfrutara porque ya le quedaba poco».

«Ella (por Rocío) se lo comentó al hermano y a su papá, están las pruebas presentadas en la Justicia de parte del padre, pero no llegó a irse a Cañuelas, justo cayó un feriado largo…realmente íbamos a ir a Cañuelas y si pensaba en ir a Cañuelas a hacer la denuncia es porque no tenía respuesta de aquí (en Saladillo)», dijo esta mañana a la prensa.

La tía contó que el agresor «fue directamente a matarla», y lo tenía todo «premeditado» y «pensado», al punto que «no le dio tiempo de apretar el botón antipánico» con el que contaba Rocío a raíz de las denuncias previas que pesaban sobre él.

A raíz del femicidio de la joven, la comunidad de Saladillo realizó desde el jueves a la noche una serie de marchas en reclamo de justicia y para pedir por la detención «vivo o muerto» del imputado.