Los hechos de violencia y muerte que pusieron por momentos a Rosario en la agenda nacional siguen teniendo claroscuros y muchas aristas desde donde ser abordados. Uno de ellos es lo que ocurre puertas adentro de las cárceles.

El Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (SPPDP) denunció “delitos de torturas, vejaciones y hurto agravado, contra internos de los pabellones 7, 8, y 23, de la Unidad Penitenciaria Nº11 de Piñero, y del pabellón 2 de la Unidad Penitenciaria Nº16 de Pérez” ante el Ministerio Público de la Acusación (MPA).

Un comunicado del SPPDP apuntó que los internos manifestaron haber sido “objeto de vejámenes y tratos crueles y degradantes” y que efectivos del servicio penitenciario sustrajeron y destruyeron elementos personales de los presos.

La Defensoría adelantó que solicitó la aplicación del protocolo de Estambul, que es un conjunto de normas de internacionales para documentar la tortura y sus consecuencias y se solicitó al MPA que “tome medidas de prueba urgentes como convocar a las víctimas para recabar más información, identificar al personal penitenciario involucrado, entre otras”. Así mismo, los denunciantes señalaron que se acompañó material y documentación “respaldatoria a las denuncias presentadas”.

La Defensoría apuntó que “aboga por el respeto irrestricto de los derechos humanos y el cumplimiento de la normativa provincial, nacional e internacional en materia de tratamiento de reclusos” y aclaró que las denuncias fueron presentadas en “consonancia con las responsabilidades legales y éticas del SPPDP, con la expectativa de que se esclarezcan pronto estos hechos que representan flagrantes actos de violencia institucional”.