POR FLORENCIA VIZZI

Nicolás Vázquez tiene 34 años, dice ser empresario y trabajar en Buenos Aires. Desde hace varios años su nombre está íntimamente ligado a la causa Perassi, precisamente desde 2014, cuando en distintas momentos y a diferentes personas, les hizo llegar la versión de que su suegra, Mirta Rusñisky le había practicado un aborto a Paula Perassi y que la mujer había muerto en el procedimiento. Por eso su testimonio frente al Tribunal tenía un peso de dimensiones.

Vázquez se mostró verborrágico y desmemoriado y repitió hasta el cansancio y cada vez que tuvo oportunidad, que todo lo que sabía y había declarado en la causa era de oídas y que en aquellos años estaba con tratamiento psicológico y medicado porque se encontraba en un pozo depresivo, por lo cual, no recordaba muchos de sus dichos. Además, hubo varios momentos en los que se desdijo de esos dichos anteriores y señaló que no reconocía esas declaraciones.

Pero, a pesar de esos esfuerzos, su testimonio fue cobrando fuerza a medida que los abogados, sobre todo los querellantes, lograron demostrar las contradicciones actuales con lo declarado anteriormente bajo juramento.

Sobre el aborto

«Me entero del caso Paula Perassi hace aproximadamente dos semanas, dado que yo había escuchado hace aproximadamente tres años del hecho pero sin tener nombre y apellido. Cuando me encontraba viviendo en Buenos Aires con mi ex mujer Mirta Liliana Roggensack, la llamó la madre, Mirta Dominga Rusñisky, y le dijo que era muy probable que se tuviera que volver a vivir a Misiones porque había hecho un aborto y le había salido mal y tenía miedo de caer presa». Esa fue la declaración que Nicolás Vázquez hizo cinco años atrás frente a Asuntos Internos. Sin embargo, este martes, frente al tribunal conformado por Griselda Strologo, Álvaro Campos y Mariel Minetti, el mismo testigo aseguró que no le consta que Mirta Rusñiky haya practicado algún aborto.

«A mi me contaron que se hizo un aborto, no me consta personalmente a mí. Yo en el año 2011, cuando ocurrió el episodio Perassi trabajaba en Buenos Aires y cuando voy a prestar declaración es por dichos de terceros. Me gustaría aclarar que hay cosas que no recuerdo porque estaba con tratamiento psicológico y estaba medicado.»

“Tengo algunos recuerdos, estaba en un pozo depresivo. En ese momento estaba atravesando una ruptura de un matrimonio de 10 años, así que no recuerdo bien esa declaración”, señaló Vázquez cuando los letrados le preguntaron por ese testimonio.

El testigo relató que se relacionó con la causa a partir de su fanatismo por el programa de televisión Cámara del Crimen. Confesó que lo veía todos los sábados y que allí fue donde escuchó por primera vez que sobre el caso Perassi. Tiempo después, se mudó a Puerto San Martín, donde se afincó durante algunos meses junto a su mujer y su hijo aunque, como su matrimonio estaba en crisis, su esposa se mudó a casa de Rusñisky en Timbúes y allí comenzaron los problemas.

Según su testimonio, empezó a trabajar en una remisería y un colega, le dijo que sabía lo que había pasado con Paula Perassi, que “mi suegra le había hecho un aborto y que había terminado mal” y que él se lo tenía que contar al padre. Entonces decidió contactar a Alberto Perassi y a partir de allí, comenzó el periplo, primero en Asuntos Internos, donde contó lo que sabía y luego, un careo en Tribunales de San Lorenzo ante el juez Eduardo Filocco.

«Recuerdo habérselo trasmitido a Alberto (Perassi) por teléfono. Él  me citó a su domicilio y yo le expuse lo que me había dicho Ricardo Bonetto. Yo le dije que quería hablarlo en Timbúes, pero él me dijo que no, que me iba a llevar a un lugar para que declare. Yo no sabía donde. Me llevó a Asuntos Internos y ahí dije lo que había escuchado, que Mirta era responsable por el aborto».

Sin embargo, Vázquez volvió a repetir que no le constaba y que no había visto nada, que todo lo que había contado era de oídas. «Pequé de inocente y abrí la boca», enfatizó. Y siguió insistiendo en que no recordaba gran parte de lo que había declarado,

Ante la reticencia y desmemoria del testigo, la querella contraatacó, y volvió sobre las declaraciones anteriores del testigo, quien previamente había asegurado que Mirta Rusñisky había estado presa ocho meses en Misiones y que ella misma le había practicado abortos a sus dos hijas, Daiana y Melina (como se la conocía a Mirta Liliana Roggensak).

Luego de «refrescar memoria» con las copias de la declaración que están en el expediente, Vázquez, casi a regañadientes admitió: «En la declaración dice si yo sé si aparte de hacerle un aborto a Paula, Rusñisky había hechos otros, y yo dije a mi ex cuñada y a mi ex mujer» e inmediatamente agregó: «Pero no recuerdo haberlo dicho y estoy en desacuerdo con esa declaración»

Azuzado por los abogados de la querella, Vázquez manifestó: «Recientemente mi señora me muestra que el defensor anterior de Mirta había mandado copias de las fojas de la declaración de Asuntos Internos, mencionando que yo había argumentado que en otra oportunidad Daiana le había hecho un aborto a Melina y se mencionaron unas pastillas». Hizo este relato algo molesto y volvió a afirmar que no recordaba haber dicho eso. «Lo que yo leo en mi declaración es que yo había dicho que Daina le había hecho un aborto a mi mujer y que Mirta le hizo un aborto a Daiana y a Melina». E insistió: «No recuerdo haber declarado eso niego haberlo dicho»

Desventuras de un careo

«A mi me citaron, me hicieron presentarme. Yo siento que soy como un caballito de troya, siento que dijeron mandemos al boludo que está mal psicológicamente», estalló Vázquez en un momento, presionado por los abogados. «Yo creí haber actuado de buena fe, a mi todo esto me trae muchos problemas y un perjuicio a mi vida personal y laboral. Yo lo llamé a Alberto y después que él me cita en su casa, yo fui a hablarlo de manera informal, y después fui a prestar declaración pero en todo momento se me trasladó de un lugar a otro. No me pusieron un revolver pero me sentí presionado».

Luego de declarar ante Asuntos Internos sobre lo que Ricardo Bonetto le había dicho, Vázquez tuvo que someterse a un careo, ya que el hombre había desmentido sus dichos.

«Hicimos un careo en una oficina al fondo, había dos personas  y también estaba Alberto Perassi. Y el dijo que no era verdad, que no había contado nada. A la salida tuvimos un episodio verbal. Yo le pregunté por qué había mentido y le pedí que dijera la verdad. Yo no quería problemas judiciales y me acababan dar la custodia compartida de mi hijo, así que no quería problemas. Por eso cuando terminó el careo salimos, lo encaré y lo grabé con el celular. Y la tarjeta de memoria la entregué a las personas que me tomaron declaración, me dijeron que me quede tranquilo que se agradecía su actitud. También, a la mañana siguiente Alberto me felicitó y me dijo que estuvo perfecto que lo hubiera grabado».

No fue una venganza

Durante la declaración de Nicolás Vázquez surgieron los diversos problemas que había tenido con Mirta Rusñisky cuando estaba separándose de su hija.

«Mi declaración no fue una venganza. Cuando me referí a los problemas con Mirta, no se me estaba tomando declaración, fue un episodio que desencadenó la separación. Yo fui a buscar a mi hijo que estaba en su casa y mi mujer no se encontraba, y cuando lo quise retirar me cerraron la puerta con llave y no me dejaron entrar. A eso siguieron órdenes de restricción y denuncias por violencia de género. Mi declaración se dio en ese contexto, mi hijo lloraba porque creo que lo tenían privado de su libertad. A eso me refiero cuando digo que tenía problemas con ella. Pero no fue una venganza»