Por Alejandra Ojeda Garnero

En la octava jornada de juicio por la muerte de Franco Casco, el joven de Florencio Varela que llegó a Rosario a fines de septiembre de 2014 para visitar a sus familiares, y el 30 de octubre apareció muerto en las aguas del río Paraná luego de haber estado detenido en la comisaría séptima, se siguen revelando datos contundentes que reafirman cada vez con mayor certeza la versión de los 19 policías, que enfrentan una posible pena de prisión perpetua, acusados de desaparición forzada, imposición de torturas y muerte. Luego del hallazgo del cuerpo, se inició una causa en la Justicia provincial por homicidio o suicidio, según consta en el expediente. Los 19 efectivos policiales fueron imputados más de tres años después de ocurridos los hechos, por lo tanto, durante ese lapso de tiempo no tuvieron acceso a la causa, lo cual impidió la participación de sus abogados a las medidas que se fueron realizando. Finalmente fueron detenidos el 4 de septiembre de 2017 y desde ese momento permanecen en prisión preventiva, por un plazo ilegal de cinco años.

Vale recordar que el caso comenzó con una denuncia que realizó la tía de Franco por búsqueda de paradero, cuando luego de abandonar la vivienda el 6 de octubre de 2014, no supieron más del chico. Con el correr de los días, los padres de Franco llegaron a Rosario para saber que había pasado con su hijo, y fue entonces que entre varios lugares que recorrieron para encontrar al joven llegaron a la comisaría séptima donde los policías le informaron a Elsa Godoy y a Ramón Casco que su hijo había estado detenido en esa dependencia desde las 13 horas del día 7 de octubre de 2014 por averiguación de antecedentes y había sido liberado el mismo día alrededor de las 22. Cabe aclarar en este punto que, los padres lo buscaban con su verdadero nombre, Franco Casco, pero el joven se había identificado como Franco Godoy al momento de ser detenido, es por ello que la primera vez que fueron a preguntar a la comisaría, no le dieron respuesta, y luego de la insistencia, dedujeron que se trataba de la misma persona cuando Ramón y Elsa mostraron la foto del chico.

Ramón Casco reconoció en la audiencia del día 17 de febrero pasado, en su declaración testimonial, que fueron los policías de la comisaría séptima quienes le informaron que Franco había estado detenido allí el 7 de octubre de 2014.

En los más de tres años que transcurrió la investigación, sin la participación de los policías, porque no estaban formalmente acusados, surgió la hipótesis acusatoria que asegura que Franco fue detenido el 6 de octubre a la noche en la Estación de trenes Rosario Norte, llevado a la comisaría séptima, torturado y “fondeado” en el río Paraná. Esta acusación se sustenta en la declaración de trece detenidos, que dieron versiones diversas de los acontecimientos y la mayoría de ellos refirió que se enteraron del caso por “haberlo visto en el noticiero”. Otro elemento que incorporaron como prueba es el recorrido de los móviles de la comisaría “cerca de la estación de trenes”.

En el debate de este viernes quedó demostrado con pruebas concretas y ratificadas por personal especializado de la Central 911, el posicionamiento de los móviles 4387 y 5667 en el momento que la acusación asegura que estaban en la estación de trenes capturando a Franco Casco.

En la jornada de juicio de este jueves, se exhibieron audios que referían sobre un incidente en un colectivo de la línea 110 que había sido vandalizado por hinchas del club Rosario Central frente al shopping Alto Rosario. Este hecho fue la punta del ovillo para desentrañar todo lo que ocurrió después, y así lo explicó detalladamente el excomisario Diego Álvarez y luego lo ratificó la subcomisaria Graciela Salazar, quien se desempeñaba en aquel entonces como subjefa de la Central 911.

Recorrido del móvil policial la noche del 6 de octubre de 2014

Álvarez les habló directamente a los jueces, Otmar Paulucci, Eugenio Martínez y Ricardo Vázquez, con la intención de aclarar el sentido de los audios reproducidos en la audiencia del día anterior.  El excomisario remarcó que la detención de Franco Casco se realizó el día 7 de octubre y no el 6 como asegura la acusación, a la vez señaló que “no existe en la elevación a juicio de esta causa, al menos yo no lo vi, en qué circunstancia, modo, momento y qué personal lo detuvo”.

La acusación sostiene que “Franco Casco pudo ser detenido por un móvil de la comisaría séptima que pasó por Rosario Norte”, y pasó a detallar que “de acuerdo a los movimientos del GPS del móvil, hay tres pasos del móvil de la comisaría séptima por Rosario Norte la noche del 6. Hay un paso a las 21.30, hay un segundo paso que da el móvil 5667 a las 22.33 y un tercer paso que se da con el mismo móvil a las 23.19, pero en esos dos últimos pasos el móvil no se detiene”, indicó Álvarez, sin embargo, desde la acusación aseguran que “Franco Casco pudo haber sido detenido por el móvil cuando se detuvo después de las 21.30 en cercanías de Rosario Norte”.

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Ahora bien, “Si se revisan los movimientos de GPS del móvil 4387, van a ver que se detiene a 200 metros de Rosario Norte, y no en la estación”, aseguró Álvarez, y agrega que lo hace en un lapso de ocho minutos, entre las 21.32 y las 21.40 e inmediatamente retorna a la comisaría y allí sale el móvil 5667”. Este relato del excomisario Álvarez guarda una estrecha relación con el audio de la mujer que llamó desesperada pidiendo ayuda al 911, porque los hinchas de Central habían roto todos los vidrios del colectivo. Por lo tanto, nunca podría haber estado el comisario Álvarez realizando una detención en Rosario Norte, cuando estaba asistiendo a los pasajeros de la línea 110 y al mismo tiempo reportando vía radial las novedades a la central 911, en un tono tranquilo ya que el incidente estaba controlado y no había ningún pasajero lesionado.

En definitiva, la secuencia fue la siguiente, el colectivo pasó frente al shopping Alto Rosario, donde fue vandalizado, la mujer llama desde arriba de la unidad al 911 para pedir ayuda, desde el 911 le responden que espere al móvil policial en Ovidio Lagos entre Güemes y Brown donde efectivamente luego se encuentra con el móvil del comisario Álvarez que había realizado un recorrido por calle Callao, toma la avenida frente a la Estación Rosario Norte y toma Ovidio Lagos hacia el sur donde a las dos cuadras se encuentra con el colectivo. ¿Es posible en ocho minutos bajar del móvil, caminar hasta la estación, detener a un joven, que seguro se resistió y luego volver al móvil caminando?

El relato que ofreció el excomisario Álvarez se sustenta en el registro del GPS del móvil, que posee la Central 911, y fue corroborado por la subcomisaria Graciela Salazar quien se desempeñaba como subjefa del 911 en el año 2019 cuando la justicia solicitó el registro de GPS de los móviles de la comisaría séptima en el momento que la acusación sostiene que fue detenido en la estación Rosario Norte. Con total tranquilidad y solvencia, la especialista explicó, clara y detalladamente cómo se realizan los registros de GPS de los móviles policiales.

Los datos duros del GPS

La subcomisaria explicó que cada personal policial que trabaja en la Central 911 tiene un usuario con su respectiva contraseña, es decir que las actividades que desarrolla el personal quedan debidamente registradas, desde el operador que atiende un llamado hasta el personal que responde a un requerimiento judicial, como fue el caso del febrero del 2019, fecha en la que se solicitaron los informes de GPS de los móviles que supuestamente detuvieron a Franco Casco.

La funcionaria explicó que para extraer la información de los recorridos históricos de los GPS de los móviles era necesario “ir a una base de datos”, además es necesario tener una contraseña.

Desde la acusación aseguraron que un móvil de la seccional séptima se detuvo en la estación Rosario Norte y detuvo a Franco Casco, sin embargo, el recorrido de GPS de los móviles de las comisarías es registrado por un sistema que posee la Central 911, explicó la funcionaria, es decir que “si el móvil tenía un GPS que estuviera reportando, nosotros teníamos el registro que dijera que ese móvil salió o no salió”, y dicha información no es manipulable.

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El tiempo de almacenamiento de la información de los GPS es superior a los de las cámaras, ya que estas requieren de mucha memoria en los servidores, y la de los GPS no porque “son planillas de Excel”, por lo tanto, son varios años los que se pueden almacenar.

Las cartas de incidencia se encuentran almacenadas en la Central 911 hasta que alguna autoridad judicial o administrativa las solicitara.

Los defensores solicitaron a la funcionaria que explique, con sus saberes técnicos, la planilla de Excel donde se encuentra registrado el recorrido del móvil 4387 la noche del 6 de octubre de 2014, con el fin de despejar dudas sobre la interpretación de la información y para echar luz sobre la veracidad del relato del comisario Álvarez.

La funcionaria leyó las líneas 483 y 484 del reporte dice “6 del 10 del 2014, 21.32.11 (hora) detenido, 0 kilómetros por hora, sur, posición cero Ovidio Lagos bis, 099, Rosario, Santa Fe”, y continuó, con la línea 484 que refleja “6 del 10 del 2014, 21.30.08, en movimiento, 16 kilómetros por hora, oeste 0298, cambio de dirección Ovidio Lagos 200, 249, Rosario, Santa Fe”, también la planilla expresa la latitud y longitud donde se encuentra posicionado el móvil policial.

En resumen, es el reporte del movimiento de los móviles, “que dice que a las 21.30 aproximadamente, el móvil estaría detenido por dirección sur en Ovidio Lagos 0 al 99 de Rosario, y luego el móvil está volviendo, es decir que cambió de dirección y fue a Ovidio Lagos al 200”, ratificando de manera contundente la información que presentó el excomisario Álvarez en el inicio de esta audiencia.