SáBADO, 30 DE NOV

Juicio a Los Monos: el policía, el juez y los 400.000 pesos

La jornada número 20 tuvo como eje, nuevamente, el accionar del juez Vienna y la División Judiciales. Blanche, policía imputado, pidió la palabra y denunció que fue detenido por no dejar que el jefe se quedara con ese dinero. 

Por Florencia Vizzi

El juez Juan Carlos Vienna sigue siendo uno de los protagonistas ausentes del juicio a Los Monos. Las defensas han apuntado todos sus esfuerzos en demostrar que, desde sus orígenes, la investigación ha estado torcida y la instrucción de la causa viciada. En esa dirección fueron los letrados desde un principio, apostando, además, a demostrar que existía una relación entre el magistrado y Luis Paz, relación por la cual, la causa tomó el rumbo señalado y que, más allá de estar viciada, la investigación se encuentra plagada de actos corruptos perpetrados por efectivos pertenecientes a diferentes fuerzas, particularmente, de la disuelta Brigada de Operaciones Judiciales (BOJ). Todas las sospechas volvieron al ruedo en la jornada número 20, cuando se pudieron escuchar los testimonios de uno de los policías imputados, Sergio Blanche, que relató cómo el entonces jefe de la División Judiciales, Cristian Romero, junto a los titulares de la BOJ, intentaron extorsionarlo para quedarse con 400.000 pesos de un sospechoso que aparecía en las escuchas, y cuando, a través de las planillas de migraciones, se comprobó que Vienna y Paz coincidieron en dos viajes al exterior y en uno de ellos compartieron el mismo vuelo de American Airlines tanto a la ida como a la vuelta. Además, fue el turno de escuchar al periodista Rolando Graña, famoso, entre otras cosas, por entrevistar en dos ocasiones a Monchi Cantero cuando estaba prófugo, pero, sobre todo, por el informe en horario central presentado en en el canal América, en el que mostró la foto del juez Vienna junto a Luis Paz y sus respectivas parejas, en el estadio Alamo Dome, en San Antonio (Texas) durante la pelea entre Adrien Broner y Marcos Maidana, en diciembre de 2013. Al regreso de ese viaje, el cuestionado magistrado firmó varias órdenes de allanamiento contra los integrantes del clan Cantero.

Por un puñado de pesos

«Fuimos a un bar, en Italia e Ituzaingo, donde estaba Romero sentado y tomamos un café, y me dijo, mirá Cachi, porque todos me conocen por Cachi en la policía, hacelo bajar a Mariano Ruiz. Nosotros sabemos que hay 400.0000 pesos. Somos cuatro, lo dividimos entre los cuatro y lo sacamos de las escuchas» .

Sergio Blanche se encuentra imputado en la causa 913/12 por asociación ilícita, cohecho y violación de secreto. Fue además el autor de una cámara oculta al juez Juan Carlos Vienna, la cual le valió una investigación que el fiscal Aníbal Vescovo desestimó poco después. Justamente, fue después de que dicho fiscal se sentara en el centro de la sala de audiencias y explicara como investigó la denuncia presentada por Blanche a propósito de la filmada entrevista, que «Cachi», como lo conocen todos, pidiera declarar.

«Conocí a Mariano Ruiz en 2008 o 2009, cuando trabajaba en sustracción de automotores», relató Blanche, explicando cual era la relación que lo unía a Ruiz, ya condenado como partícipe de la asociación ilícita en un juicio abreviado. «Hablábamos cada tanto. El vendía y compraba autos y me llamaba cuando iba a comprar un vehículo para que yo se lo mire, para verificar si tenía problemas en el motor o número de chasis».

En su declaración, Blanche relató como conoció a Cristian Romero, con quien llegó a tener una muy buena relación, cuando se hizo cargo de la entonces División Criminalística. Incluso Blanche le presentó a su hermano para que revistara como secretario de Romero al crearse la División Judiciales.

Tiempo después, siempre según su testimonio, cuando ya trabajaba en San Lorenzo, Luis Quevertoque, integrante de la BOJ lo contactó y le dijo que Romero quería hablar con él. «Me dijo que estaba investigando a la familia Cantero entre los cuales estaba Mariano Ruiz. Me preguntó si hablaba con Ruiz y yo le dije que sí. Entonces me dijo que necesitaba que le de una mano en la investigación y que el teléfono estaba intervenido. Me dijo «yo le voy a avisar al doctor Vienna que estás trabajando con nosotros». «A partir de ahí, empecé a hablar con Romero para decirle lo que iba obteniendo. Yo siempre hablé con Romero, con nadie más».

Pero hubo una segunda vez en que Quevertoque fue a buscarlo. Esta vez, alrededor de las 11 de la noche, lo llevó él personalmente a hablar con el jefe de Judiciales. En el auto, un Volkswagen Fox que usaba la Brigada y que lo condujo al bar de Italia e Ituzaingo, estaba también Ariel Germán Lotito.

«Yo le dije mirá no, yo en eso no me meto. Yo si querés te lo hago bajar pero no entro», aseveró Blanche. Y continuó: «Pasó el tiempo y el 17 de octubre más o menos a eso de las 14 cuando yo volvía de Puerto San Martín, donde era jefe, me llama Daniel Corbellini y me dijo que el jefe de unidad quería una reunión conmigo a las siete de la tarde. Cuando llegué estaba el jefe de las Tropas de Operaciones Especiales, Adrián Forni y me informó sobre el pedido de detención que tenía. Inmediatamente entregué la credencial, el arma, todo. En es momento no había pedidos sobre mi teléfono y le dije que lo secuestre de todas maneras y que haga constar que yo lo entregué porque no tenía nada que ocultar. Yo ya sabía como venía el tema. Me hubiera gustado que me vaya a detener Romero, pero se ve que en acuerdo con el doctor Vienna, me mandó a las TOE.

Según su relato, poco después fue visitado por Romero y Quevertoque. «Romero me dijo que él no tenía nada que ver, que la causa la habían tomado cuatro o cinco fiscales que trabajaban con Vienna. Yo le dije cómo me podía decir eso, si él mismo me había dicho que le iba a informar a Vienna que yo trabajaba en la causa». «Hay que dar un impacto, me dijo Romero, no te olvides que tirotearon la casa de Bonfatti».

Blanche señaló que meditó mucho sobre cual habría sido el motivo de su detención: «No se si fue porque no dejé que Romero se lleve la plata o porque me enteré que dentro de la BOJ había un muchacho que estaba imputado por robo y yo lo detuve cuando trató de escaparse, Germán Almirón. Cuando salió en libertad me dijo que ya nos íbamos a encontrar y que lo que yo le hice ya iba a tener un vuelto».

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