Sin novedades. A casi 120 días del escándalo por el robo de al menos 67 armas de la Policía de Córdoba, la causa está prácticamente en foja cero, según indica un informe del diario Clarín. No hay un solo detenido y ni siquiera se sabe la cantidad exacta de pistolas desaparecidas. Tampoco la modalidad ni dónde ocurrió de manera precisa. Es decir, todo está como al principio, cuando Clarín reveló el caso, primero desmentido por las autoridades policiales y gubernamentales, pero finalmente reconocido en los dos ámbitos.

El sospechoso robo habría ocurrido a mediados de mayo de 2015 en la sede del Comando de Acción Preventiva IV, del barrio Ampliación Cerveceros (CAP IV), el mismo donde se inició el violento amotinamiento policial del 3 y 4 de diciembre de 2013.

Este martes se cumplirán 120 días de uno de los secretos mejor guardados de la Policía de Córdoba. ¿Dónde están las pistolas? Esa es la gran incógnita. El arqueo realizado en la División Armamentos y Equipos reveló que las pistolas faltantes Bersa Thunder, nuevas y embaladas, podrían ser 67, 69, 72 o 75. Tampoco se realizó un arqueo para determinar cuántos proyectiles calibre 9 milímetros fueron robados.

El gobernador José de la Sota y el jefe de la Policía cordobesa, comisario general Julio Suárez, primero desmintieron la información. Pero horas después, el propio Suárez denunció ante la Justicia el robo de 67 armas. La ex legisladora Luciana Echevarría también lo hizo, pero en su escrito le apuntó a la cúpula policial. Y un abogado radicó otra presentación en el fuero federal, según Clarín.

A fines de octubre, tras la divulgación del escándalo, el Tribunal de Conducta Policial –un organismo que reemplaza a Asuntos Internos– apartó a 17 policías. Y el fiscal del Fuero Anticorrupción Hugo Amayusco ordenó detener a cuatro sospechosos.