Seis policías que revistaban en la comisaría 10ª, entre ellos el comisario y el subcomisario, quedaron en prisión preventiva este martes tras haber sido imputados por brindar protección a una banda narco y favorecerla, en detrimento de otra banda de la zona. Los uniformados fueron acusados de los delitos de cohecho, falsedad ideológica de documento público e incumplimiento de los deberes de funcionario público. En relación a ello, la fiscal Valeria Haurigot, dio algunas precisiones sobre la investigación y aseguró que los detenidos «liberaban el territorio descartando a algunos criminales en beneficio de otros».

La funcionaria especificó que se llegó a esa imputación tras un trabajo muy arduo de investigación y remarcó que «la actuación de los policías involucrado sirvió para implicar a personas en hechos delictivos sin que hubiera prueba para ello». «Es una investigación muy compleja, porque en esta causa hay una detención de dos personas que se relacionan de alguna forma con la actividad criminal pero que no estaban verdaderamente implicados en una balacera en concreto que es la que se estaba investigando».

Según se fue reconstruyendo en la investigación, el pasado 21 de junio se realizó un procedimiento en Avenida Travesía al 300 Bis, donde fueron detenidos cuatro jóvenes. De esos cuatro, dos fueron liberados y los otros fueron acusados de varios ataques a balazos. Dicha acusación se cimentó en el testimonio de dos jóvenes mujeres que fueron intimidadas para que los acusaran y a las que se les dio, a cambio, drogas y 50.000 pesos. Los gestores e instigadores de ese falso testimonio fueron los mismos efectivos que participaron del procedimiento

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Tiempo después, ambas testigos se presentaron en la la Fiscalía y se retractaron de lo declarado, lo que dio lugar a la investigación que comandaron Federico Rébola y Valeria Haurigot. «Comenzamos con el camino de la corroboración de cada uno de los dichos de las testigos en un trabajo que duró varios meses y se termina develando todo esto.»

En cuanto a la acusación de cohecho, es decir, de recibir un beneficio económico a cambio de este accionar, la funcionaria explicó que se trabaja en esa dirección. «Lo que planteó el fiscal Rébola es un razonamiento que sigue al sentido comun del por qué se arriesga tanto en un procedimiento de estas características, porque normalmente el fiscal confía en lo que la policía presenta como evidencia de un hecho. Así se trabaja todos los días… llegar a la conclusión de que la causa es falsa y que se estaba beneficiando a un grupo criminal en detrimento de otro es muy fuerte para nosotros como fiscales».

Por el momento se sigue trabajando en diversas líneas investigativas, con muchas medidas en trámite. «Por ahora hay secreto de sumario y seguramente, en el corto plazo, va a haber novedades», aseveró Haurigot quien remarcó que la evidencia deja en claro que el rol de los policías detenidos era «liberar el territorio para esta banda, descartando a algunos criminales en beneficio de otros».