El portero Jorge Mangeri, quien es juzgado por el crimen de la joven Ángeles Rawson, aseguró esta mañana que es «inocente» y pidió que «se haga Justicia» al dar sus últimas palabras ante el Tribunal Oral que esta tarde a las 15.30 dará a conocer el veredicto.

«Soy inocente, no tuve nada que ver con la muerte de Mumi», acotó Mangeri, aludiendo al apodo de la adolescente de 16 años asesinada en junio de 2013, al dar sus últimas palabras ante el Tribunal Oral Criminal 9, el cual convocó a las partes a las 15.30 para dar a conocer el veredicto.

En sus respectivos alegatos, la querella y la Fiscalía solicitaron para Mangeri la pena de prisión perpetua; mientras que su abogado pidió la absolución.

Mangeri que era el encargado del edificio en donde vivía la joven de 16 años, está acusado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa agravado por haber causado un grave daño a la salud física de la víctima y femicidio agravado por haber sido cometido criminis causae.

La semana pasada, en la audiencia de réplicas y dúplicas, Pablo Lanusse, el abogado de la familia de la víctima, defendió tanto la actuación de la fiscal Paula Assaro, que trabajó en la primera instancia del caso, como la de los peritos forenses que recolectaron las pruebas de ADN. Y además el letrado le pidió al Tribunal que rechazara los pedidos de nulidad formulados por la defensa, especialmente en cuanto a las pruebas de ADN.

En tanto que los fiscales Fernando Fiszer y Sandro Abraldes también le solicitaron al Tribunal que rechazara los planteos de nulidad presentados por la defensa de Mangeri.

Sin embargo, en su alegato, Adrián Tenca, el abogado de Mangeri, aseguró que el portero “es ajeno al hecho que se le imputa”, por lo que pidió su absolución.

Ángeles Rawson desapareció el lunes 10 de junio de 2013 cuando regresaba a su casa del barrio porteño de Palermo. Las cámaras de los edificios registraron el momento en el que la joven ingresó por la puerta principal del edificio donde vivía junto a su familia. Al día siguiente su cuerpo fue hallado en el predio de la Ceamse de José León Suárez, y días después el portero fue detenido a raíz de una declaración en la que se autoincriminó. A los pocos días, Mangeri dijo ser inocente y que la declaración que había hecho fue tras ser amenazado por un grupo de personas a las que nunca identificó en el expediente, y de quien dijo haber recibido una golpiza, aunque una pericia determinó que las heridas habían sido autoinflingidas.