Fuertes son los rumores de que los restos de Paula Perassi, desaparecida en 2011, se encuentran en una cava entre Timbúes y Puerto San Martín. Por lo cual, a poco de iniciarse la búsqueda, su padre, Alberto Perassi, inició una huelga de hambre para que le «devuelvan sus huesos» y se encadenó en la puerta de los Tribunales de San Lorenzo.

«Acá apuesto todo», sentenció e instó en que el caso estuvo repleto de irregularidades. «Yo quiero los huesos de Paula, que negocien y me den los huesos de Paula», enfatizó.

Alberto tomó esta medida extrema con el apoyo de su esposa, quien no se quedará allí ya que debe cuidar a sus nietos. Desde ayer cerca de las 8 permanece encadenado pidiendo celeridad en el caso: «Yo me quedo hasta que me saquen en camilla», aseguró.

Respecto de los principales sospechosos de la desaparición de Paula –el empresario con quien mantuvo una relación y su esposa– Alberto aseguró que los sigue viendo por la ciudad. “Ellos andan como si nada hubiera pasado”, lamentó.

En tanto, sobre Eduardo Filocco, el juez a cargo de la causa, disparó duras críticas por la inacción que tuvo todos estos años.

El miércoles pasado, el gobierno provincial triplicó el monto de la recompensa ofrecida a cambio de información sobre la joven desaparecida y este lunes el equipo de Antropología Forense empezó la búsqueda de su cadáver en una cava entre Timbúes y Puerto San Martín. El abogado de la familia, Adrián Ruiz, estimó que el trabajo demorará de uno a seis meses.