JUEVES, 27 DE FEB.

Detuvieron a Yao Cabrera por explotación laboral

El influencer de 27 años, fue condenado a cumplir cuatro años de prisión tras una denuncia presentada por una editora de videos, quien lo acusó de reducción a la servidumbre.

 

El youtuber uruguayo de 27 años, Yao Cabrera fue detenido en Córdoba y al ser condenado a cuatro años de prisión por el delito de explotación sexual, laboral y reducción a la servidumbre hacia una joven que le realizaba ediciones de videos para sus contenidos. Además, la justicia ordenó abonar una reparación económica de seis millones de pesos a la víctima.

La Policía Federal arrestó al influencer radicado en Córdoba y la medida se dispuso luego de que el Tribunal Oral Federal N° 3 de San Martín lo condenara en abril de 2024 a cuatro años de prisión. La Cámara Federal de Casación Penal había rechazado el recurso presentado por la defensa de Cabrera.

El youtuber fue declarado culpable de trata de personas con fines de explotación sexual, laboral y reducción a la servidumbre. La causa se originó en 2020 por la denuncia que realizó una joven editora de videos. Además el tribunal ordenó que Cabrera pague una reparación económica de seis millones de pesos a la víctima.

Yao Cabrera, quien tenía 35 millones de seguidores en las redes sociales, varios de ellos menores de entre cinco y 15 años, enfrentaba diversas denuncias relacionadas con las actividades ilícitas con su organización VIRAL/WIFI.

La investigación se originó tras la denuncia del manager de medios, Jorge Zonzini, y se incorporaron los testimonios del editor Mariano Fernández y la diseñadora gráfica Giovana De Mitole, quienes afirmaron ser víctimas de explotación laboral y sexual.

Además, la jueza federal Nada Flores Vega ordenó abrir una causa paralela por presunto lavado de activos, proceso que implica a miembros cercanos del entorno de Cabrera, entre los que se destacan los influencers Candela Díaz, Kevin Macri, Diego Llamazares, Irupe Cabrera, Matías Cabrera, Ulises Magic, Juan Pablo Barbot.

La Justicia determinó que la editora era explotada laboralmente en la denominada “Mansión Wifi”, ubicada en Escobar. La investigación advirtió que la sometían a largas jornadas laborales que superaban las 12 horas diarias sin descanso, sin recibir pago alguno por su trabajo.

 

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