SáBADO, 30 DE NOV

Declararon inimputable a un hombre que asesinó a golpes a su madre

El informe de una junta médica fue determinante en la decisión del juez que estableció que Marcelino nunca entendió lo que había cometido, ni la criminalidad de su actos y el procedo judicial que lo llevó a Tribunales.

Un hombre de 44 años con las facultades mentales alteradas que asesinó a golpes a su madre en su casa de la ciudad de Rosario fue declarado inimputable por la Justicia local, que ordenó un tratamiento médico permanente.

Desde su detención por el crimen de su madre de 74 años, en febrero pasado, el hombre, llamado Claudio Marcelino, permanecía internado en un neuropsiquiátrico.

Tras el fallo del juez Juan Carlos Leiva, el fiscal Pablo Pinto y el abogado defensor, Daniel Kantor, acordaron la prórroga de la internación que se había determinado de forma preventiva y dieron lugar a que se determine un tratamiento permanente.

Fue determinante en la decisión del juez el informe de una junta médica que estableció que Marcelino nunca entendió lo que había cometido, ni la criminalidad de su actos y el procedo judicial que lo llevó a Tribunales.

El acusado se presentó en la sala de audiencia con una barba de varios días, despeinado y con la mirada perdida, mientras que durante el proceso permaneció tranquilo, aunque parecía confundido.

El hecho juzgado se produjo en una vivienda situada en Guiraldes 300 bis el 16 de febrero último.

En primer lugar, vecinos llamaron a la Policía por las graves agresiones y amenazas que profería Marcelino, que vivía en el lugar con su madre, Felisa Apas, a tal punto, que no podían salir a la calle.

Por la noche, tras las diversas llamadas, en las que se mencionaba que también hacía varios días a la madre de Marcelino, acudió una patrulla policial junto con un hermano suyo.

Cuando los policías entraron por la fuerza se encontraron el cuerpo de Apas mientras yacía en una cama con signos de haber sido asesinada a golpes.

Según se estableció, Marcelino ya había estado internado en siete oportunidades por problemas mentales y poseía un certificado de discapacidad expedido en 2011.

De acuerdo con una vecina, en 2015 había sido derivado a un neuropsiquiátrico, el hospital Suipacha, después de haber agredido salvajemente a dos vecinos.

Vecinos y familiares indicaron que cada vez que Marcelino era internado, su madre hacía todo lo posible para que regresara a su hogar, donde creía que iba a poder protegerlo de sus propias patologías.

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