Este miércoles comenzó en el Tribunal Oral Federal Nº 6 el juicio en el que se definirá el destino de los tres acusados de haber intentado matar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Tras una investigación plagada de irregularidades y puntos oscuros, la causa llegó a juicio sin haber establecido quiénes fueron los autores intelectuales e instigadores y, en el banquillo de los acusados se sentarán tres personas: Fernando Sabag Montiel, el atacante que apunto y gatilló un arma directo a la cabeza de la entonces vicepresidenta; su ex novia, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo. Los dos primeros están acusados de coautores de los delitos de tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía y  concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego, y enfrenta una pena que podría alcanzar los 15 años de prisión. Por su parte, Carrizo fue sindicado como jefe de de ambos y partícipe secundario.

La acusación está a cargo de la fiscal Gabriel Baigún y junto a ella, los abogados querellantes, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazabal. En tanto, Sabag Montiel estará representado por la defensora María Fernanda López Puleio. Al comienzo del juicio, Sabag Montiel mostró a las cámarar un cartel, en un cuaderno, que decía «Me tienen secuestrado». Se espera que su defensora se apoye en las pericias psicológicas del acussado y así sembrar las dudas sobre su imputabilidad.

Debido a la cantidad de testigos y la complejidad del caso, se espera que el juicio se extienda entre seis meses y un año. Las audiencias se llevarán a cabo cada miércoles en los tribunales de Retiro, bajo la supervisión de los jueces Sabrina Namer, Adrián Grunberg e Ignacio Fornari.

Se prevé que, durante el proceso judicial, desfilen 277 testigos, entre los que se incluyen la propia Cristina Fernández, que es querellante en la causa, miembros de su equipo de seguridad, figuras políticas, equipos de expertos periciales, forenses  y una gran cantidad de testigos presenciales.

El papel de los acusados y la «Banda de los Copitos»

Los principales acusados, Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, enfrentan cargos graves que incluyen tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego. Sabag Montiel, quien intentó disparar a quemarropa contra Kirchner, es considerado el autor material del ataque. Uliarte, su novia, y Carrizo, líder del grupo de vendedores de copos de azúcar conocidos como la «Banda de los Copitos», son acusados de ser cómplices activos en la planificación y ejecución del atentado.

La «Banda de los Copitos» utilizaba su negocio de venta de copos de azúcar como una pantalla mientras vigilaban la residencia de Kirchner, integrándose en las concentraciones de apoyo a la vicepresidenta. Este grupo es objeto de minucioso escrutinio durante el juicio, con testigos clave proporcionando información sobre sus actividades y conexiones.