En la mañana del martes se llevó a cabo la primera jornada del  juicio oral y público contra Cesar F., el hombre que intentó arrojar al vacío, desde la terraza de un edificio, a su pequeña hija de 3 años, en junio de 2014.

Los delitos que se le imputan son abandono de persona agravado por el vínculo, amenazas coactivas y desobediencia a la orden de cese de hostigamiento. Por su parte la Fiscalía solicitó una condena de 6 años de cumplimiento efectivo, mientras la madre de la nena que se presentó como querellante representada por el Centro de Asistencia Judicial (CAJ), pidió 7 años de prisión.

Por su parte, el abogado defensor del acusado, Julián Sain cuestionó la acusación porque considera que no están dados los requisitos para la figura de “abandono de persona” ya que “la menor nunca se separó de los brazos de su padre”.

En la primera jornada del debate, presidida por los jueces Javier Beltramone, Patricia Billota y Juan Carlos Leiva, se escucharon los testimonios de Aurora, la madre de la niña quien relató los detalles del hecho en el cual la vida de su hija estuvo en serio riesgo. También dieron su testimonio, el comisario que intervino en el operativo, un bombero y un reportero gráfico que estuvo en el lugar en el momento del hecho. Los tres testimonios aportaron detalles de lo ocurrido.

En la segunda jornada de debate, dieron su testimonio el médico psiquiatra que atendió al imputado en la clínica Plaza Alberdi, y la psicóloga y psicoanalista que participaron en la junta especial de salud mental.

Así el testimonio del psiquiatra Santiago Bianchini, indicó que el hombre llegó derivado del neuropsiquiátrico Agudo Ávila el día posterior al hecho y presentaba un cuadro de depresión e inestable anímicamente y con deseos de morir por lo que fue medicado con fármacos anti psicóticos y estabilizadores del estado de ánimo.

Por su parte la psicóloga clínica y forense, Paula Aramburu, que participó en la junta de salud mental que evaluó al imputado indicó que al momento de la evaluación “comprendía la criminalidad de sus actos y representaba peligrosidad para sí y para terceros y estaba en condiciones de dirigir sus acciones”. Además agregó que “presentaba un estado psíquico lúcido, ubicado en tiempo y espacio y estaba triste”.

Por otra parte, indicó que “reconstruimos los acontecimientos previos para determinar qué lo llevó a cometer el hecho”, por lo cual, en ese momento “el paciente manifestó que estaba separado con mucha tensión entre ambos. Con una relación posesiva y simbiótica (no poder pensarse cada uno como individuo independiente) y ese día se sentía dolido porque se enteró que su ex mujer había formado una nueva pareja”.

En consecuencia, explicó la profesional “montó una escena para que sea vista por otro y donde hay un impacto visual muy fuerte con el objetivo de llamar la atención de su ex pareja”.

En tanto, la psiquiatra, Adriana Covini que también participó de la junta manifestó en su testimonio que el imputado “expuso su preocupación por seguir un tratamiento” y coincidió con su colega en que “estaba lúcido, ubicado en tiempo y espacio; estaba angustiado y ansioso”, pero agregó que “no tenía trastorno de memoria y pudo reconstruir su historia de vida”.

Tras dos jornadas de debate, los jueces escucharon los testimonios de los testigos que presenciaron el hecho y de los profesionales que atendieron al paciente para luego de un análisis dictar su veredicto. El próximo viernes se escucharán los alegatos de cierre de las partes y el lunes siguiente se conocerá la sentencia.

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