Las tremendas consecuencias del inexplicable crimen de Marcos Guenchul siguen siendo, a día de hoy, un calvario. Tanto para su familia, como para la de Priscila, la ex pareja del joven, que se encuentra en prisión preventiva acusada de instigadora. Y para la pequeña hija de ambos, que vivía con los abuelos maternos pero que hoy, por una resolución de la Justicia, se vieron obligados a dejar a la niña con su abuela paterna, quien había reclamado la tenencia.

«Mi nieta vive conmigo desde el primer minuto de su concepción», señaló un compungido Omar Denoya, apostado a las puertas del Tribunal de Familia Nº4, que otorgó la guarda provisoria de la nena de 3 a Marcela Rosa Ontivero, madre de Marcos Guenchul.

«Ayer nos encontramos con una notificación en el buzón de casa, que decía que hoy, a las 11 de la mañana tenía que traer a la nena, cosa que hicimos», relató Denoya. «Estoy asombrado, y creo que no se está pensando absolutamente en la nena. La nena que nos dejó mi hija, cuando fue detenida, era una nena feliz y nosotros hemos tratado, con apoyo psicológico y todo, de sostenerla, de ser su red de contención durante este tiempo».

Según su relato, Omar Denoya no vivía con su ex mujer cuando se desató la tragedia en la familia. Pero, cuando Marcos fue asesinado, volvió a la casa para contener a Priscila, que en ese momento, estaba embarazada de su nueva pareja, Santiago Caio Soso, uno de los primeros detenidos por el crimen de Guenchul.

Sin embargo, con el devenir de la investigación todo empeoró, la hipótesis de que el crimen había sido instigado por Priscilla, a causa de la disputa que mantenía con Guenchul por la tenencia de la pequeña Tiziana se hizo más fuerte y, finalmente, la joven fue también detenida el pasado diciembre, luego de que cayera Maximiliano Panero, acusado de ejecutar el disparo fatal.

Pero, como si se tratara de una fatalidad ineludible, la tenencia de Tiziana sigue siendo motivo de disputa y la mamá de Marcos solicitó a la Justicia hacerse cargo de la pequeña.

«A mi me preocupa la resolución de la Justicia – se despachó Denoya a las puertas de los Tribunales- porque yo pedí la guarda, y nunca nadie nos hizo una visita ambiental, ni me entrevistaron por este asunto. Tampoco ningún psicólogo entrevistó a la nena.  Solo la trabajadora social ha estado trabajando con ella  y que es excelente. Y he visto sus informes y dicen que siempre he colaborado y demás. Para mi lo natural es tener la guarda, porque la nena está conmigo desde el primer minuto de su concepción, siempre estuve con ella», se lamentó el papá de Priscila. Y agregó: «No nos han dado ninguna razón para esta decisión. Estoy muy sorprendido y muy triste además, muy triste».

El homicidio

El 23 de julio de 2019, poco antes de las 22, Marcos Alejandro Guenchul salió del gimnasio en el que trabajaba, ubicado en la zona de Mendoza al 4900, camino a la casa de su novia. Cuando iba a tomar el colectivo, un Peugeot 208, que lo esperó durante 40 minutos en la esquina de Sucre y Mendoza, lo interceptó y, del lado del acompañante, descendió un hombre que, a punta de pistola, lo obligó a desviarse del camino y luego le disparó dos veces, ocasionándole la muerte.

Ese auto pertenecía a la pareja de Priscila, Santiago Caio Soso, quien fue detenido días después del crimen cuando trataba de salir del país. La hipótesis de la Justicia es que el crimen fue instigado por Priscila, quien, desde hacía largo tiempo, mantenía un conflicto con Marcos por la tenencia y las visitas de la hija que ambos tenían en común.

Priscila, fue detenida en diciembre y en abril solicitó la prisión domiciliaria, pero la jueza Valeria Pedrana lo rechazó. Su defensor apeló dicha decisión pero, en el mes de junio,  la jueza Carolina Hernández rechazó la apelación y decidió que la joven siga cumpliendo la prisión preventiva en forma efectiva.