Alejandra Ironici fue asesinada con 46 puñaladas además de haber sufrido golpes y quemaduras. Por el brutal crimen, la fiscal Alejandra del Río Ayala imputó al hombre que, desde hacía unos meses, convivía con ella y le achacó los delitos de transfemicidio y femicidio agravado por el vínculo.

«Hoy se hizo la atribución de los delitos y se dieron a conocer los hechos. Si bien en la audiencia imputativa se expusieron muchas evidencias, lo cierto es que hay muchas más medidas en curso y estamos esperando el resultado de las pericias, ya que sólo han transcurrido tres días del hecho», explicó Del Río Ayala tras la imputación.

La fiscal remarcó que «el contexto y por la persona de la que estamos hablando, hace que no se trate de un crimen común». «Era una referente muy reconocida, una mujer que dedicó toda su vida a luchar por los derechos de las personas y, sobre todo, de las personas trans». Y detalló: «El acusado está imputado de haberle dado 46 puñaladas que le provocaron la muerte, sobre todo, según el informe de la autopsia, las lesiones que recibió a la altura del cuello y en la cara».

De acuerdo a los informes preliminares, el hombre atacó a Alejandra por la espalda y tras apuñalarla repetidamente, la roció con alcohol y le prendió fuego.

Tal como expresó la fiscal, no se trató de un crimen común porque Alejandra Ironici era una persona totalmente fuera de lo común. Más allá de haber sido la primera persona en Santa Fe en recibir su DNI con identidad de género, su militancia y trabajo incansable en pos de los derechos de la comunidad LGBTIQ+ ha dejado un vacío irreemplazable.