Mauro Emanuel V. tiene 29 años y está alojado en el pabellón 7 de la Unidad Penal Nº 11, de Piñero. Pero, a pesar de estar tras las rejas, es sospechoso de ser el cabecilla de una organización, integrada por mayores y menores de edad que, a la vez que se abocaba a la venta de estupefacientes, también se dedicaba a las extorsiones y las balaceras que le permitían cobrar deudas e imponer su liderazgo en la zona sur de la ciudad.

La investigación de una seguidilla de hechos violentos que sembraron balas y sangre en barrios Tablada y República de la Sexta, que tuvieron como corolario el crimen de Marcos Basavilbaso, ocurrido en mayo de este año, condujeron a Mauro Emanuel V., quien desde la cárcel se atribuía su pertenencia a Los Monos y repartía tareas entre el grupo de personas que trabajaban para él desde afuera. 

Este miércoles, el fiscal Federico Rébola, de la unidad que se dedica a la investigación de balaceras, le achacó a Mauro Emanuel V. los delitos de amenazas coactivas calificadas por compeler a la víctima a abandonar su residencia habitual, en carácter de coautor, asociación ilícita en carácter de jefe, agravado por la participación de menores de edad y extorsión en carácter de autor agravado por la participación de menores de edad y la utilización de armas de fuego.

El juez de Primera Instancia Gustavo Pérez de Urrechu dictó prisión preventiva por el plazo de ley y ordenó que se “arbitren los medios que se consideren necesarios para hacer efectiva la prohibición de contacto con las víctimas, entre ellas la prohibición de acceso a los celulares”.

En la audiencia imputativa de este miércoles, el fiscal acusó a Mauro Emanuel V. por tres hechos delictivos. El primero ocurrió el 1 de abril pasado cuando al acusado -junto a otras personas que serían integrantes de la asociación ilícita en cuestión- concurrió a una vivienda ubicada en calle Chacabuco al 3.900 y efectuó nuevas amenazas contra la persona que residía en este lugar. Cabe destacar que esta persona ya había sido amenazada a través de WhatsApp por este grupo desde, al menos, el 29 de marzo pasado.

En el segundo delito adjudicado al imputado, se lo señaló como jefe de una asociación ilícita que, además de distribuir tareas a los miembros de la banda, también proporcionaba armas de fuego. A estas operaciones las realizaba a través de llamadas telefónicas efectuadas desde la cárcel de Piñero.

Esta asociación ilícita habría funcionado entre el 1 de abril y el 4 de mayo de este año y además de extorsiones, balaceras y tráfico de estupefacientes también se dedicaban al robo de vehículos y a otros hechos delictivos que aún no fueron determinados por la investigación.

Estos hechos ilícitos eran servicios prestados por la banda a otras personas, aunque no se descarta que algunas acciones hayan sido llevadas adelante por interés propio de este grupo.

Finalmente, a Mauro Emanuel V. también se lo acusó de haber amenazado y extorsionado a familiares de integrante de la organización que, presuntamente, le debía dinero; y de haber ordenado a un menor de edad que efectúe disparos contra una vivienda ubicada en calle Lincoln al 2.900 de Rosario, ataque que se concretó cerca de las 17.50 del pasado 2 de mayo.