Un exmiembro de la banda criminal, liderada por Esteban Lindor Alvarado, declaró en el juicio oral contra su antiguo jefe y admitió que, tras una infidelidad, lo “despojó de forma violenta” de su vivienda, que luego terminó siendo utilizada como aporte de capital para una empresa por la que se habrían lavado activos de origen ilícito.

En la segunda jornada del juicio seguido a Alvarado y otros seis presuntos integrantes de su organización criminal, acusados por homicidios, atentados y lavado de activos, declaró este martes el testigo Rodrigo Ortigala, quien formó parte de la banda y luego se enemistó con su jefe.

La declaración no fue presencial sino que se reprodujo un video grabado con anterioridad al juicio, atento a que el testigo y su hermana sufrieron ataques armados luego de testimoniar contra Alvarado.

Ortigala contó que conoció a Alvarado en 2005 en un taller mecánico, cuyo dueño le advirtió que las personas que se acercaban a él tenían dos destinos: “Terminan muertas o presas”.

Explicó que a través de otro mecánico, Carlos Arguelles, estrechó vínculos con “El Esteban” y se integró a su organización.

Arguelles se encargaba de armar autos “mellizos” para la banda y tras declarar en contra de Alvarado bajo la figura de “imputado colaborador” –y de ser condenado en un juicio abreviado- fue asesinado a tiros en su taller en septiembre pasado.

Ortigala declaró que Alvarado y Arguelles salían “a levantar autos” para luego “emponcharlos” –usar sus partes para uno “mellizo”-, actividad ilegal por la que el jefe de la banda fue condenado a seis años de prisión en 2012.

Ante la consulta de los fiscales del caso, Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, el testigo reveló que la pelea con Alvarado estuvo motivada en una infidelidad con su ahora exesposa, Rosa Capuano, ya condenada en la causa a 3 años de prisión por lavado de activos.

Ortigala dijo que mantuvo un vínculo sexo-afectivo con la mujer, a quien llevaba a Buenos Aires a comprar ropa, y que a principios de 2012, mientras viajaba con Alvarado hacia la localidad de Funes, se produjo una pelea.

Alvarado detuvo el automóvil y cuando Ortigala se bajó su jefe sacó un arma y le dijo “vos sabés como son estas cosas”, según contó en su declaración.

De acuerdo al testigo, se produjo una pelea y ambos se balearon, aunque Ortigala pudo escapar.

En febrero de 2012, según la investigación, Alvarado “despojó de forma violenta y mediante intimidación con un arma de fuego a Ortigala” de una vivienda ubicada en la localidad de Roldán.

El testigo contó que había sido amenazado por “un sicario” de Alvarado, llamado Darío “Oreja” Fernández, que luego fue asesinado.

Según la investigación, tras las amenazas, Ortigala y su esposa, Gisela Maizano, firmaron “contra su voluntad” el boleto de compra-venta del inmueble, que había adquirido en 2009, a favor de Nadia Toledo, una mujer que también fue condenada por lavado de activos como “testaferro” de Alvarado.

La firma se hizo en el estudio del abogado de Alvarado, Carlos Tavella, quien admitió el ilícito el año pasado al firmar un juicio abreviado por el que fue sentenciado a 3 años de prisión de cumplimiento condicional.

El 12 de enero de 2015 Nadia Toledo y Ricardo Ariel lanni –otro miembro de la banda- crearon la sociedad TOIA SRL y el 21 de abril del mismo año transfirieron el inmueble arrebatado a Ortigala a esa sociedad “como aporte de capital para su constitución”.

Los investigadores descubrieron que el domicilio de ese inmueble, ubicado en Misiones 865 de la ciudad de Roldán, fue el que dio Alvarado para cumplir la libertad condicional de la condena por robo de autos, para renovar la licencia de conducir y realizar trámites fiscales ante la AFIP.