Martín Moreyra tenía 20 años cuando fue asesinado con un escopetazo, en la calle y a plena luz del día. Su matador, primero lo golpeó en la nuca con la culata de una escopeta recortada y, una vez que su víctima estaba en el piso, le disparó en el abdomen ocasionándole la muerte.  Por ese crimen, y la portacion ilegal del arma, Jonatan Gómez fue condenado este miércoles a diez años y ocho meses de prisión tras la firma de un procedimiento abreviado.

La versión más difundida del crimen apuntó a una escalada de los viejos rencores que tenían entre sí ambos jóvenes. El 2 de enero de 2019, Jonatan, que iba junto a su hermano, se cruzó con Martín Moreyra y mantuvieron una fuerte discusión. «Preparate que ahora vuelvo. Vos me debés una», asguraron que dijo «Mandi», como era apodado Gómez. Y, cumpliendo su amenaza, «Mandi» regresó en su camioneta Ford F100 y acompañado por su hermano Brian, también imputado por el crimen y baleado semanas después en una presunta venganza por la muerte de Moreyra.

Según logró probar la acusación, llevada adelante por el fiscal Luis Schiappa Pietra, Jonatan Gómez se bajó de la camioneta en la intersección de Los Teros y Ugarte, y con el arma azotó a Moreyra en la nuca. Acto seguido, cuando su oponente yacía en el piso, le efectuó un disparo a muy corta distancia.

Este miércoles, por videoconferencia, la jueza Paula Álvarez homologó el procedimiento abreviado firmado por las partes y condenó a Jonatna Gómez a 10 años y ocho meses de prisión efectiva.