El gobierno de Santa Fe destituyó a 13 policías implicados en «la venta de estupefacientes, robos, malversación de caudales públicos e incumplimiento de deberes de funcionario público».

Las destituciones fueron autorizadas, decreto mediante, por el gobernador Miguel Lifschitz, quien explicó que «es parte del plan de depuración de las fuerzas policiales en el que estamos empeñados no sólo las autoridades políticas del Ministerio de Seguridad, sino también de la propia Jefatura de Policía de la provincia».

Lifschitz dijo que dio «claras instrucciones de ser sumamente estrictos y severos en las sanciones que se aplican al personal que es encontrado responsable de delitos graves vinculados al narcotráfico u a otros hechos de corrupción».

«Cuando hay suficientes elementos e indicios como para comprobar los hechos denunciados, estamos procediendo a la destitución de los agentes involucrados», añadió.

El gobierno indicó que entre el personal apartado de la fuerza se encuentran comisarios, oficiales, suboficiales y subinspectores que cumplían funciones en los departamentos Rosario, La Capital, Castellanos y San Justo, entre otros lugares.

«Hemos trazado claramente una línea divisoria entre aquellos que cumplen con el deber y se ajustan a lo que establecen las normas internas y las leyes, y aquellos que han decidido incursionar en el campo del delito y que de a poco irán quedando marginados de la fuerza», completó Lifschitz.

Mediante un comunicado oficial difundido esta tarde, la administración del Frente Progresista aclaró que esos 13 agentes «forman parte de un número mucho mayor de personal policial al que se le está llevando adelante procesos similares».